BANDUJO POR EL CAMINO VIEJO

http://ria.asturias.es/RIA/bitstream/123456789/1789/1/Resumen%20de%20la%20carta%20arqueologica%20de%20Proaza.pdf


Llega el automóvil hoy a este pueblo desde hace no muchos años; por ello, entre otras razones, ha permanecido en un estado casi fósil que le da un potente atractivo.
Por la carretera que va de Trubia al puerto de Ventana, en Caranga de Abajo se toma la que va a Teverga -y pto. Ventana- 

 para casi exactamente a la altura del km 17 (algo más 250 m de altitud aproximadamente) hay a la izquierda un pequeño ensanche que sirve de aparcamiento y, a la derecha, el puente sobre el río Trubia. Es confuso el punto de partida porque el puente que se ha de cruzar apenas se ve desde el coche, es un zona sombría, y sería buena idea preguntar en Caranga de Abajo para dar con la vía al primer intento. Exactamente frente al punto de partida, en la otra margen de la carretera, hay una 'casetita' de parada de autobús. 

Las aguas de este río están reguladas por la toma que se hace más abajo de Entrago y por el pequeño embalse; aquí el cauce aparece casi siempre seco, sucio, aguas casi paradas, plásticos enganchados en las ramas de los árboles, etc.
Tras pasar el puente se corta la Senda del Oso y se sigue  el camino que sigue el curso del primer arroyo que encontramos y sin pérdida posible llegamos a Bandujo (600 m).
Es camino ancho, empedrado con losas que impiden la formación de barros. Sube con acusado desnivel siguiendo a tramos el pequeño curso de agua, que abajo encontramos, y en cuyas orillas crecen alisos, avellanos, robles, y varias especies de sauces. En el monte bajo abundan ericas, escayos y cotoyas. 
El bosque que se atraviesa es caducifolio, verdaderamente hermoso, árboles de gran porte, sanos, con importante sotobosque. Llegando al pueblo hay un molino hidráulico que tiene una interesante 
ventanita que da al camino que llevamos. Ya en el pueblo se puede visitar una iglesia románica, modesta, una torre con escudo de armas y paños del muro de una fortaleza medieval. También hay algunos hórreos con tallas de interés.  

Al comienzo del camino hay unos cuantos madroños. Es un arbusto típico de la región mediterránea y que en Asturias no es abundante, se encuentra preferentemente en terrenos calizos, aunque se puede ver en los ácidos y hasta con cierta abundancia como en este caso. Presenta la particularidad de dar flor y fruto en el otoño, simultáneamente. Estos frutos, en Asturias llamados borrachinos, contienen una incierta cantidad de alcohol cuando están maduros. Son codiciados por los osos y una de las especies vegetales que se está plantando dentro del plan de repoblación forestal para alimentarlos.
Se canta esta coplilla por aquí:
“En Bandujo canta el uxu
en Traspeña la rapiega
y bajando pa Caranga
la miseria puñetera”.
Otra versión dice:
“... y en el pueblo de Caranga
la bendita Madalena”.
Este camino unía el pueblo con el valle del Trubia, convertido en carretera el camino real a Proacina (1976-86), cayó en abandono.
Iván Muñiz López desarrolla en su tesis doctoral (UNIOVI, 2014) un exhaustivo estudio de Bandujo centrado en tres campos:
I Territorio y grupos sociales
II Organización del espacio en la Asturias Altomedieval
III La arquitectura y las ideas
Aquí se encontró un as de los años 10 -12 a.C:

Precisiones en torno a una moneda romana de la ceca
de Iulia Traducta -Algeciras- hallada en Bandujo (Proaza, Asturias)
Sergio Ríos González, Enrique Burguet Fuentes

Salime y Allande, 80 km2 dominados

30 de marzo de 1996
Bordeamos el final del s. XX y aún encontramos rincones genuinos en Asturias, ¡y no pocos! Los que medien el siglo XXI nos verán como nosotros a los que conocieron diligencias, ventas, bandoleros, facas y trabucos.
Con un tiempo endemoniado, el coche (4 x 4) nos puso en Berducedo (948 m) en un instante. Se trata de una aldea de unas 40 casas situada en una llanura en los interfluvios de cabecera de los ríos del Oro 
y Rozados, afluentes del Navia por la derecha. Hoy está en un cruce entre la antigua -y ahogada- carretera a Grandas de Salime y la nueva, que cruza el río por el muro del embalse. 
Berducedo
Recordamos la parada que hicimos aquí cuando recorrimos el Camino de Santiago, y algunas incidencias graciosas.
Empieza el verdadero viaje.
Salimos por la carretera que va a Valle del Oro -antes de ser anegada por el embalse llegaba hasta Grandas de Salime- y pasados un par de km, en El Llanteirón, nos desviamos por una pista de tierra que sale por la derecha hacia la ermita de Bedramón (170 ha se ardieron en 2006). Viajamos expectantes porque, en alguna ocasión, se vieron urogallos por este pinar, y sí conteplamos unos corzos y, simultáneamente, una hembra de urogallo en el suelo, con tanta calma, que le dio tiempo sobrado a contemplar el vuelo de despegue. Cruzamos una gran mancha de 2.000 ha de pinos (ante de ...).
Tras unos 5 km llegamos a la ermita de Bedramón y quedamos pasmados por la belleza del lugar: una capilla de grandes dimensiones en una campera rodeada de pinos, una fuente con un canalillo de agua que remansa en un abrevadero, y una construcción como almacén ¿de qué?, constituyen toda muestra de actividad humana. Este santuario mariano pudo haber nacido como cristianización de una necrópolis dolménica. A mediados del s. XVII se fundó la cofradía de Nuestra Señora de Bedramón. Consta la fábrica religiosa de pórtico, nave alargada, cabecera destacada, contrafuertes, y cubierta de pizarra. Las imágenes originales fueron destruidas durante la guerra civil.
Bedramón
Mitrula paludosa, seta hallada 
en la escorrentía de la fuente
Seguimos por la pista y salimos del pinar. Las grandes camperas que nos rodean proceden de roturaciones recientes (década de los 80). Están dedicadas a forraje de corta y diente y cerradas por alambradas; en una que queda en un alto, a la derecha, vemos una corza paciendo, nos mira y sigue dedicada a lo suyo. Asomamos al valle del río Couto, afluente del Navia. Descendemos. A la izquierda queda Pena Blanca (1.133 m). 
Seguimos a Villarpedre por la pista del medio, saldremos a la antigua carretera de Pravia a Lugo (que pasaba por Salime y Grandas de Salime) y por otra pista retornaremos al mismo lugar. Frente a Paradas, en el antiguo camino a Busvidal visitamos Albas de Ferreras (tres grandes cuerpos cierran una antojana, de la que destaca la cocina con el horno adosado y una zona porticada sobre grandes columnas de pizarras apiladas con una increíble perfección. 
¿Acaso una ferrería de las muchas que hubo en el occidente astur?. Aún admite fácil restauro.
Se ve el pantano y las contadas edificaciones de Salime que no fueron anegadas. 
Salime
La pista rodea el Pico Valiel (865 m) y cruza monte bajo de cotoyas y ericas; de vez en cuando, coníferas y algún abedul salpican el matorral.



Se llega a Villarpedre. Desde arriba se ve un conjunto de pizarras pardas y ocres de volumetrías más o menos prismáticas y, entre ellas, los tejados de planos ceniza, plomizos, pizarrosos; alrededor están las huertas con nabiza florida. El pueblo está apretado, construcciones contiguas y caminos estrechos. Los hórreos con pegollos fusiformes y algunos con hermosos grabados en las colondras. La iglesia está en el extremo O, casi incluida en el pueblo, y el cementerio 

enfrentado a su puerta principal (pocas tumbas e iguales, no hay panteones). 
Villarpedre
Viñedo relicto: cepas protegidas por un murete de piedra -hace de bancal- y se enroscan a una gran vara tan larga como la pared y forman una especie de emparrado. Seguramente que están instaladas de la misma manera que el primer día de su introducción.
Abandonamos el pueblo prestos y esperamos al barquero, que muestra los más oscuros rincones del embalse. 
Regresamos bordeando el embalse y espantados de la dura vida (desde nuestra perspectiva) que llevaron los lugareños (se espantarían si hubieran de vivir apilados). A los lados hay pinares y gran cantidad de madroños. En el punto kilométrico 53 nos desviamos a la izquierda siguiendo una pista que, por encima de Cornollo, lleva al Collao del Chao del Lago, del que partimos.
La excursión empieza a declinar porque lo que viene ya es regreso.
Pasamos por Paradas y una vez más apedrean el paisaje la uralita, los bloques de hormigón en las construcciones nuevas y, especialmente, los plásticos que orillan las casas. Salimos a La Mesa, la carretera de El Palo.
Regreso. 

PETROGLIFOS, LA LLUERA, ASTURIAS

Hasta llegar a este lugar encontraremos mucha ‘gente’ descendiente de los habitantes primigenios de este lugar, sus ancestros corrían por aquí hace millones de años.
Si pensamos en su soporte geológico, nuestra presencia es algo menos que irrelevante pero…¡qué importante nos parece!
En Piedramuelle hay en explotación una cantera que lleva varios siglos suministrando sillares para los edificios más notables de la ciudad de Oviedo: Foncalada, acueducto Los Pilares, muralla, catedral, universidad, palacios de los siglos XVII y XVIII, Hotel Reconquista, San Julián de los Prados; se descubren algunos fósiles con facilidad mientras otros requieren acercarse y fijar la atención pero
 Cantera de caliza en Santa Marina de Piedramuelle, próxima a Las Caldas
la determinación es imposible para un inexperto; al fijarse en los detalles se pueden apreciar otros fenómenos interesantes como la cristalización.
En la carretera que, desde Oviedo, va a Las Caldas se debe hacer una parada en La Piñera, hay aquí  un yacimiento paleolítico en una cueva, cerrada al público y encerrada en lo que parece una jaula, para evitar su expolio. ¡Cómo somos, llevar piedras a casa! piedras abandonadas por sus tallistas hace miles de años, que allí vivieron, y si apareciera su fantasma  nos daría tal susto que llegaríamos a Oviedo a saltos de canguro. No les reconoceríamos si les encontráramos al paso, nos darían mucho miedo y llamaríamos al 112.
Autor anónimo
No está visitable la cueva pero el entorno resulta muy evocador.
Hay que seguir hasta Priorio para llegar a La Lluera, tomar allí el camino que lleva a la cueva, muy cómodo, sin pérdida posible, y el tramo en el que se inicia el descenso está perfectamente definido.
                                    Ortofoto del Principado de Asturias
La cueva está actualmente habitada por varias especies de murciélagos, y los primeros en hacerlo –que dejaron constancia- fueron los hombres del Paleolítico Superior.
En las paredes exteriores se ven trazos oblicuos que se supone que son de edad Auriñacense.
El río Nalón desarrolla, a esta altura, amplios meandros en una extensa vega y al chocar con la caliza forma algunas cuevas o refugios que han prestado diversas utilidades, a los humanos entre otros,  en tiempos pretéritos y algunos restos han quedado. 
Probablemente tuvieron encuentros con congéneres de  otros yacimientos que se encuentran en la cuenca baja del Nalón [La Viña (Manzaneda), Los Murciélagos (El Portazgo), Entrecueves, Godulfo (Berció) Entrefoces (La Foz de Morcín), y Les Mestes (Priañes)]. Sus modales producirían nuestro rechazo, serían rechazados por sus bárbaras costumbres, y los urbanitas actuales dirían que el yeti llegó al Nalón.
Curiosamente, lo que esculpieron en las paredes rocosas de la cueva produce admiración y consigue que las ‘autoridades’  inviten a su contemplación a sus civilizados descendientes que han llegado hasta hoy.
¡También son ascendientes de las autoridades! pero no se trata de estrechar relaciones con los antepasados sino de exhibir sus rudimentarias formas de vida.
El tiempo ha llevado los instrumentos de sílex y ha traído cuchillos de cerámica -fabricados con polvo de óxido de circonio-  y para ellos sólo necesitó algunos miles de años; no parece un cambio sustancial en el menaje de cocina.

Colección particular y cuchillo de cerámica
El río no tendría grandes crecidas, quizá tuviera el curso algo más bajo y alejado de la entrada de la cueva, y seguramente les acercaría algún alimento pero el lugar exigía  dominio del medio.


El refugio se sitúa sobre el alero que en la imagen proyecta sombra y es grande el ancho del río en este punto.
Imagen tomada de Google earth
Este yacimiento se data en el Paleolítico Superior y cuenta con un conjunto importante de arte rupestre, de principios a juzgar por el estilo de las figuras. Las representaciones más claras corresponden al ciervo, caballo, uro y alguna cabra.
 

Cedidas por José María Mori Menéndez
Y…¿por qué rayarían las ‘paredes’ rocosas? están profusamente ¿decoradas? con líneas rectas  en aparente desorden.
Parece que las preferencias en la elección de piezas de caza y las representaciones no correlacionan alto y, por lo tanto, para definir características ecológicas son más fiables los restos de alimentación.
Aquí, en La Lluera, dicen algunos que está uno de los más complejos grabados exteriores hasta ahora conocidos.
El hombre actual, representado en la figura siguiente, desvaloriza  notablemente el refugio. ¡Qué duda cabe de la poderosa atracción que representaría un espécimen real!
Si se consiguió en Parque Jurásico ¿por qué aquí no? esta vivienda mejoraría exponencialmente su valor con un enjaulado. Las Caldas sufriría aluviones de turistas y la economía nacional sería floreciente. Serviría hasta un Copito de Nieve. 
En Las Caldas se  encuentran  cuarzos bipiramidales, de color castaño, gris, o negruzco, llamados  Diamantes de Las Caldas, conocido como cuarzo morión, no siempre es de color homogéneo, y quedan para la Cristalografía las razones de la variabilidad cromática. Similares se encuentran en otras localidades con roquedo de la misma naturaleza (Melarde, p.e.). 
Cuarzo de Las Caldas-Muestra del Museo de Geología (UNIOVI)
Cuarzo de Melarde (más oscuro)-colección particular

Los pobladores de las cuevas no le daban valor a los cristales salvo que tuvieran alguna utilidad en su vida: armas, menaje, herramientas variadas. Opinaban que era mucho más importante descuartizar  la pieza cazada que colgarse piedras del cuello.
Curiosa necesidad la del coleccionista que amontona en su vivienda algo que podría dejar en su lugar de origen e ir a contemplar diariamente o servirse de Google Imágenes para poner sobre su mesa algunos miles. ¿Será que veo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio? fui coleccionista de sellos de correos, de vitolas de puros, y de gorros.



En otros lugares con idénticas formaciones de caliza se pueden encontrar análogos cristales de cuarzo, como éstos que aparecen en la fotografía.
La iglesia de San Juan de Priorio y la de Sograndio, son de estilo románico y bien merecen un vistazo sus portadas, canecillos y sillares, evocan otros tiempos mucho más cercanos pero nuestra curiosidad es arrolladora y devora todo lo que se ofrezca.




FOTOGRAFÍA Y TEXTOS DEL AUTOR SALVO INDICACIÓN EXPRESA

ORQUIDÁCEAS IV




 Orchis -madre de todos- cuenta con 19 géneros en la península. La determinación exige datos de los órganos la planta en diferentes etapas para lo que se necesita formación de especialista. No es labor del senderista, que a su paso no debe quedar huella alguna y mucho menos cadavérica, lo que tiene de safari es exclusivamente fotográfico.



Platanthera es de hábitos terrestres y tiene tubérculos, como todas las aquí tratadas. También se ha conocido con otros nombres, pero esto no es novedad pues ningún ser vivo se escapa y, amenazando muy de cerca, están la genética molecular y la mutagénesis para cambiar las nomenclatruras.




Serapias comprende unas 20 especies de distribución circunmediterránea, y algúna  también en Azores y Canarias. La polinización se produce a través del tubo formado por los pétalos y los lóbulos laterales del hipoquilo. Pueden tener varios polinizadores, abejas principalmente. 

Pseudorchis albida es la única especie del gén. y se distribuye por América del Norte y Europa.

Spiranthes flores blancas, pequeñas, casi tubulares, olorosas.  Principalmente en el Norte de  América y sólo tres en la zona Euroasática.


Son estos los géneros de Orquidáceas que corrientemente se encontrarán en los paseos cantábricos, echaremos de menos otros muchos pero en la literatura especializada se hallarán imágenes de casi todas, unas 20.000 especies en el planeta (hasta ahora).


OSCOS III-Castro San Isidro

http://ria.asturias.es/RIA/bitstream/123456789/1201/1/El%20castro%20de%20San%20Isidro.pdf
Ortofoto Ppdo. Asturias. 2007

Obtenido de Elías Carrocera Fernández (Excavaciones arqueológicas en Asturias1983-86, 1990)
Encabezamos esta entrada con el enlace a la publicación de Elías Carrocera Fernández sobre este castro y algunas imágenes.
Inmediaciones
Poca literatura creativa se ofrece en este relato, pues el primer y último fin es publicitar este castro, muy cercano al pueblo de Bousoño (San Martín de Oscos -sobre la línea de cumbres que señala la divisoria administrativa con el municipios de Pesoz- Asturias).
Por carecer de hallazgos arqueológicos notables y estar ausentes las joyas es poco conocido en el conjunto de los castros de Asturias, pero... supera en belleza al resto. Fue para mí muy llamativas las defensas de piedras hincadas (conocidas como caballos de Frisia) frecuentes en otros castros de la meseta.

La fundación debe relacionarse  con las unidades militares que controlaban las minas de oro de Arruñada (a poca distancia, en el mismo término municipal, que conserva el depósito y canal de abastecimiento).
Ocupa algo menos de una ha ocupada por las fortificaciones la mayor parte. Se aprecian la sucesión de fosos que rodean el recinto, las piedras hincadas, la muralla y algunas construcciones.







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