Toponimia


DAR NOMBRE,  APODAR, DENOMINAR, NOMINAR, MOTEJAR, BAUTIZAR


POR MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

Mapa político de Europa
Pagus,  pagensis, paganus, pays, paese, pagés, pau, paisaje, paisano, país, son voces referidas a morfologías espaciales distinguidas por los habitantes de una región. Sobre este espacio actúa el hombre, lo transforma, y mantiene con él relaciones que exigen la identificación de algunas de sus partes, de manera que la mención de cada una se traduzca en una imagen clara y diferente de las demás. La toponimia trata de conocer y estudiar el origen y significado de los nombres asignados a los diferentes lugares de un territorio. Sin este conocimiento no se podrían cartografiar éstos ni, por lo tanto, elaborar mapas. Los nombres de los lugares permiten la cabal interpretación del espacio.

Carta náutica 1994
Es la toponimia espejo de las realidades territoriales y de las interrelaciones entre el hombre y su medio. Estos nombres nacieron en los primeros tiempos de la ocupación del territorio por la necesidad de singularizar, de hacer propio, el nombre de un lugar.
La actividad de los hombres era agricultora o ganadera cuando esto se produjo actividades que hoy ocupan a una mínima parte de la población, con actuaciones totalmente distintas y de naturaleza propia del sector secundario. Muchos de los nombres se asignaron basándose en sus características topográficas, edafológicas, botánicas, la abundancia o escasez de agua, o relacionándolo con personas, indicando su pertenencia-dependencia, o la circunstancia presente o pasada de fenómenos naturales o mágico- religiosos, usos del suelo, tareas comunales, etc. Y sea cual sea su origen, una vez bautizado, otros hombres lo aceptaron y le dieron la categoría de nombre propio. Se singularizaba para designar de manera inconfundible aquel paraje. En el origen de esta determinación puede haber numerosas causas.

Los nombres de algunos núcleos habitados vinieron del santoral: Santa Bárbara, que fue mártir y virgen en Nicomedia y padeció persecución por Maximino; San Cristóbal, santo de vida desconocida del que dice la leyenda que trasportó a Cristo cuando éste era niño sobre sus hombros. ¿Qué razones tuvieron para aplicar los nombres de santos de tan lejanos lugares? ¿hubo relación entre el lugar, la vida o la obra de estos santos? o, ¿quizá se deba a la onomástica del día de la fundación? Algo parecido debió suceder en el concejo de Valdés (Asturias) para llamar Belén a una de sus parroquias cuando, aparentemente, nada tiene que la relacione con la ciudad palestina. A estos nombres que rigen hoy, probablemente, les precedieron otros que desaparecieron sin dejar huella.

Algunos nombres primigenios fueron transformándose con el paso del tiempo, erosionándose, conservando el significado y mudando el significante, o viceversa, adecuándose a nuevas realidades. Llegaron otras lenguas y nuevas culturas y los nombres de los lugares se adaptaban continuando vivos, como los clásicamente considerados seres vivos. O desaparecieron y otros nuevos ocuparon su lugar. Y fue cambiando la grafía, y la pronunciación, y el significante, y a nosotros llegó ya, muchas veces, sin significado conocido.
Así, con frecuencia, no encontramos el sentido a muchos topónimos. Tampoco se conocen las causas de que se acepte y perpetúe. Quizá evolucionan y hoy mantienen la sílaba/s raíz y fueron cambiando prefijos o sufijos. Y también puede suceder que conserve el significado.

Abundan los casos que abren similares incógnitas, como Granja, quizá del francés ‘grange, 'casa de campo, granja", del latín granum 'grano'. Impenetrable se presenta también El Puñil o La Arquera, voz que se repite en Asturias y a la que es difícil hacer tributaria de 'arco', o madera de producción de los mismos, ni de 'arcada' o 'arquería'. Tampoco Cantioso o Capona debieron significar lo que en la actualidad se entiende, ni Picón, ni Andolinas, ni otros muchos. Algo parecido sucede con los nombres aplicados a las viviendas, distinguidas, conocidas y reconocidas frecuentemente por el nombre de sus dueños –presentes o pretéritos- como se hace patente en algunos casos: se llaman Melón a los que llevan Manuel por nombre y Marica -Mariquiña en Galicia- a las que llevan el de María, y se conocen Casa Melón y Casa Maricona por la elevada estatura de Manuel y de María -respectivamente- sin que tengan relación alguna los nombres de tales casas con lo que parecen declarar, lo mismo que sucede con el topónimo Coristas (Cortes de Pallas, Valencia).

Muchos de estos nombres tendrán su origen antes de la romanización, y se podrán encontrar en otras áreas de Asturias, de España o de Europa. Parece demasiado sencillo que antes de los romanos los lugares permanecieran indeterminados, o que a éstos se les deba la nominación de este territorio; y, aunque se cuenta con la adición de términos de origen griego, germánico o árabe, hay demasiados enigmas a la hora de fijar la evolución de la toponimia.
Mucha importancia tuvieron las lenguas preiberas, las iberas, y también el latín, el griego, las lenguas de origen germánico y el árabe.
PORLAN 1998

La escritura de las palabras, de las mismas palabras y con los mismos significados, también cambia lo suficiente como para hacerlas irreconocibles: Laspra, L'Aspera y El Áspera, Carvalledo y Carballedo, Peredo, Preo y Preu, Linar, Leñar y Llenar, y la misma Malleza y Maeza, se encuentran pronunciados y escritos de diferente manera según el amanuense y el interlocutor, lo que contribuye poderosamente a enmarañar este galimatías.
Con frecuencia se ve partir del nombre actual y, conocida su semejanza con otro, de lengua viva o muerta, atribuirle el mismo significado. Tal sería el caso de encontrar alguna conexión entre el nombre de la ciudad de León y el felino que designa, aunque figure este animal en su escudo. ¿Se puede relacionar el término Galenia con Galeno o con la galena mineral de plomo?
Probablemente con ninguna de las precitadas acepciones. ¿Y Cabrita? se trata de un terreno dedicado al pastoreo de las cabras o ¿se refiere a “Machina de guerra espantosa en el gerco de Balaguer”? (COVARRUBIAS, S. 2001).

Diccionarios de Covarrubias y toponímico de la Montaña Asturiana
Y confuso está el significado de 'cabra' cuando el diccionario de R. A. E. lo define como: ariete, máquina de guerra antigua que se empleaba para demoler murallas, el de María Moliner dice: Máquina antigua de guerra con la que se lanzaban piedras.
Algún parecido tiene este simplicísimo proceder con la llamada 'teoría de la forma, remota práctica farmacéutica por la que se entendía que una planta podría curar las enfermedades de un órgano si se parecía a éste en la forma o en el color, como la pulmonaria (Pulmonaria officinalis), o la hepática común (Hepatica triloba). Remontar la historia hasta llegar al punto en que le fue asignado el nombre sería tocar con los dedos el origen de las diversas lenguas, o de una primera lengua común y primigenia. Cada lugar soporta un nombre tan adecuado que fue aceptado, y que algunas veces se conservó hasta hoy salvando desgastes y ajustes

Con estos rasgos y limitaciones, en la toponimia se encuentran varias claves para entender la evolución del paisaje y su historia. Para conocer los usos que el suelo tuvo en el pasado próximo, o alguna de sus particularidades, resulta esta fuente de enorme importancia porque guarda elementos que determinaron el nombre o los cambios del mismo. Por todo ello, al hablar del devenir del paisaje que llevó a éste al aspecto que actualmente muestra, se presta atención a los topónimos porque a su luz, se encuentran explicaciones de usos pretéritos que la mirada actual no alcanza a penetrar.

AUTOR DEL TEXTO MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

Pico Naviellas


POR MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

Excursión de Noviembre de 1997

Mapa Cuevas-Naviellas
El día amaneció espléndido pero con viento del S conocido y que, si rola al N, derrumbará los cielos sobre nosotros.
Iremos hacia Somiedo. A la collada que está entre el Pico Naviellas (1.127 m) y el Bustiecho (1.152 m). Se accede a Cuevas (Belmonte) desde Aguasmestas (Somiedo)
A medida que nos acercamos al Puente San Martín comprobamos que la línea de la cordillera está muy negra y probablemente allí diluvie.
Llegamos a Cuevas. No llueve y parece que se contendrá las tres o cuatro horas que necesitamos.
Cuevas
Cuevas
Cuevas es un pueblecito de casas de piedra vista, tan próximas que apenas dejan paso para un coche, y con cubiertas de teja árabe. Parece que eran necesarias las construcciones dedicadas a guardar y conservar las cosechas por los muchos hórreos y paneras a la vista, todos edificados sobre pegollos de madera. Aparcamos al lado de la fuente-lavadero.
Dice Madoz:

Cuevas: […]situado entre montañas y al abrigo de todos los vientos […] tiene a derecha  e izquierda montes inaccesibles, que sólo dejan por la parte occidental algunos estrechos senderos […] produce maíz, trigo, escanda, centeno y patatas […] 39 vecinos, 193 almas (1).

Mientras calzamos las botas, una mujer -de gran volumetría- saluda efusivamente desde el balcón y busca conversación con Pepe; éste, tan educado como de costumbre, sigue el palique. Nos aguarda  un vecino en el víal que se ofrece a informarnos sobre la mejor ruta mientras su mujer oferta castañas a 55 pts/ kg. Regateamos hasta llegar a las 50 pts/kg y dejamos encargados 10 kg que recogeremos al regreso.
Empezamos a caminar por la pista, que está encementada en esta primera curva. Caminar por una carretera casi siempre es aburrido pero en este caso resulta excepcionalmente grato porque gran parte se hace teniendo el río por compañero. ¡Fenomenal!
Antón se va entreteniendo y, consecuentemente, distanciando de sus compañeros. Al poco tiempo ya los ha perdido de vista pero lo peor es que pierde fuelle. Desfallece. Los pasos se ralentizan y distancian. ¡Bien teme sufrir un desmayo! Busca castañas entre la hojarasca y va royéndolas poco a poco. Cuando se acerca al pueblo, Noceda, incorpora manzanas y siente que de nuevo tiene fuerza.

Noceda
Noceda
Noceda se sitúa en una ladera muy pendiente y orientada al S.SO. Es un pueblo totalmente desvencijado. Tiene todas las casas con cubierta de teja y muy diseminadas. Son de piedra vista, con aspecto verdaderamente rústico. Están tan deteriorados los hórreos y paneras como el resto de las construcciones. Algunas caserías cercan una pequeña corralada. Los alrededores están igualmente sucios de cucho y/o plásticos. Las casas deshabitadas, no pocas, se sitúan en la parte alta del pueblo, todas con la techumbre hundida y el aire a un andar. Son construcciones antiguas a juzgar por su estructura: la cuadra en la planta baja, después la vivienda y sobre ella, en un tercer nivel el pajar o tenada. Para construir de esta manera hace falta recostar la casa en una fuerte pendiente para dotar a la tenada de acceso por la parte alta.

Desde el pueblo se sigue el camino de la izquierda y se gana altura muy rápidamente porque es de pendiente muy fuerte. Ya fuera, el camino se mantiene ancho, carretero. A los lados grandes prados, muy pendientes, cercados por paredes de piedra, dedicados a corta y diente.
Adaptándose al relieve, el camino se bifurca. Seguimos el de la derecha (E) y, pasando por debajo de la braña Giberes (2), llegamos a otra mucho menor, ésta consta de unas cuentas cabañas de piedra y teja.
Por la izquierda se llegaría al pico La Cabra (1.426 m). Al N.NE de este pico y por terreno fácilmente transitable se alcanzaría el pico La Fana, origen de la Fana de Genestaza.

Ortofoto del Principado de Asturias-2007
Ortofoto del Principado de Asturias-2007
Fana de Genestaza
Fana de Genestaza
La fotografía está tomada desde la otra vertiente, en el valle de Genestaza.
Por la ruta que tomamos se acaban los prados. Ya vemos la collada a la que nos dirigimos. Al O, cerca, se ven las cabañas de la braña Giberes.
La collada a la que enfilamos da paso a la cabecera del río La Muria que, más abajo, se une al que pasa entre San Esteban y Villar de Zuepos para desembocar, ya juntos, en el Pigüeña.
A la espalda queda el angosto valle en el que asentaron los pueblos de Noceda y Cuevas. Muy dura debió ser la vida antaño para colonizar estas pindias tierras. Del valle de Villar de Vildas nos separa un cordal que se desprende de la Sierra de la Cabra con orientación E.SE, al otro lado del cual está el primer pueblo somedano del valle, Santullano.
No vemos ninguna de las cimas de la cordillera a su paso por Somiedo.
Todas están segadas a la misma altura por una espesa, densa y negra masa nubosa. Sabemos que, mientras azote el viento del S, el desplome de agua se producirá en aquella cara de la cordillera pero cuando role al N el diluvio nos caerá encima. Teníamos bien –parecía- calculado el tiempo necesario para bajar sin que nos alcance el agua pero esta vez creo que erramos. El aire nos menea con ráfagas muy fuertes y algunas gotas nos avisan.
Nacimiento del río La Muria

Aproximación al Pico Naviellas
Enfilamos cuesta abajo por algunos atajos pero mucho antes de Noceda ya llueve como dios manda. A Cuevas llegamos sin que calaran nuestras prendas para lluvia pero escurrimos agua por mil canalillos. Junto al coche, en el lavadero público, un hombre se guarda del chaparrón. Procede del vecino pueblo de Santullano y vino en una Vespa -matriculada en Palma de Mallorca- a los montes de Cuevas a recoger castañas. Lleva aquí un par de horas y no ve el momento de marchar.
Recogimos, pagamos las castañas y partimos.

(1) 31 habitantes arrojaba en 2011 y 35 en el Nomenclátor de 2006.
(2) Si siguiéramos al O llegaríamos a la Fana de Genestaza, fenómeno geológico activo e intenso que, por una fuerte erosión remontante y como consecuencia de una falla, disecciona la Sierra de la Cabra.

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO INDICACIÓN EXPRESA

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