CAMINANDO

El contacto con la naturaleza aumenta la salud humana
El plomo en sangre aumenta la criminalidad
Frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines o zonas peatonales, hace que la gente tienda, además, a ser generosa y a confiar en los demás.
 
Obtenida en: Deforestación. taringa.net
Es un hecho de los llamados científicos, pero…olvida el punto de partida: no es necesario mejorar la salud humana ni que los humanos sean más generosos y confiados.
Plomeados estamos en el camino estamos.
El Roto
Obtenida en: Deforestacion.greenpeace.org



Todo lo que se puede decir cabe en un instante de la línea –por nosotros inventada - del tiempo. Con ello sabido, resultan abrumadores los cambios que se suceden.
 […] Hasta comienzos del siglo I antes de nuestra era, la selva herciniana se extendía hacia el este del Rin a una distancia a la vez vasta y desconocida; los germanos que fueron interrogados por César dijeron que habían viajado durante dos meses a través de ella sin alcanzar su final. Cuatro centurias después fue visitada por el emperador Juliano, y la soledad, oscuridad y silencio de la selva parece que hicieron profunda impresión en su naturaleza sensible. Declaró que no conocía nada semejante en el Imperio romano […].

La Rama Dorada; JAMES GEORGE FRAZER

Obtenida de: filostamp.files.wordpress
Así era esta mañana la cobertera vegetal de parte de Europa, Hercynia Silva, la selva herciniana, desde los montes Hercinianos hasta el Rin y las Ardenas -nombre dado por griegos y romanos a las montañas boscosas de Europa Central, luego reducido a los montes del norte de Bohemia y hoy Montes Metálicos- allí fueron deshechas las legiones de Varo el año 9 d. C. (una interesante crónica meteorológica relata la batalla). Podría parecer muy lejano pero queda en un nanosegundo si hablamos de paleoclimas o paleontología.
El culto a los árboles estaba extendido en Grecia e Italia. En el 
santuario Cos (consagrado a Esculapio)  se pagaba con mil dracmas el cortar un ciprés; en Roma, en el Foro, se veneró  la higuera sagrada de Rómulo y cuando se secó el tronco se consternó la ciudad.
Se suele concentrar nuestra tradición en el mundo clásico pero el culto a los árboles, y otras cuestiones, se descubren en sociedades situadas lugares muy alejados que evolucionaron independientemente.
Las tribus del Volga reverenciaban un bosquecillo en cuyo centro vivía el árbol sagrado: allí se agrupaban los adoradores,  el sacerdote ofrecía sus oraciones, se realizaban las ofrendas,  y sus ramas servían de pulpito. No podía cortarse madera ni romper rama alguna.
La sombra del álamo del valle del Alto Missouri, se supone posee una inteligencia que podía ayudar a los indios (menos importes eran las "sombras" de arbustos y plantas sus pequeñas dimensiones). Cuando el Missouri crecido por una riada de primavera arrastra algún árbol corpulento se dice que lanza gritos a medida que se desprende del suelo y hasta que cae al río.
En el África oriental, imaginan algunos pueblos que cada árbol tiene su espíritu: "la destrucción de cocotero es equivalente a un matricidio, pues el árbol les da vida y alimento igual que una madre a su criatura".
La ceiba, con tronco que alcanza gran altura, venerada  en toda el África occidental, creen que habita en ella un espíritu. En la Costa de los Esclavos lo llaman huntin.
Fotografía cedida por J.M. Mori Menéndez

Fotografía cedida por Carlos I. Salvador
Árboles que sangran y emiten gritos de dolor o rabia cuando están siendo talados o quemados se encuentran con frecuencia en libros chinos y también en historias corrientes. En Luzón, los  ilocanos recitan unos versos antes de cortarlos y les piden perdón aduciendo que así se lo han ordenado para evitar el odio de los espíritus. Los bosonga del África Central consultan con un  curandero antes de talar (op. cit. Frazer).
Son los árboles los más visible del bosque -y quizá no permitan verlo con nitidez- no son los únicos refugios de los espíritus, también están los habitantes del estrato arbustivo, del herbáceo,  y el suelo que a todos sustenta.
Obtrenida de: Deforestation.blog.mechpoet.net
Obtenida en: Deforestación.nationalgeographic.es
La química de la vida no distingue entre bonobos, bananos, robles o mariposas, nosotros hacemos las distinciones para intentar entender este “vital enredo” cuando parece que no hay mucho que entender: el todo y las partes no son la suma sino el resultado; no es un juego de palabras pero en el medio del TODO estamos y procurando destruir las partes o, al menos, todas las que podamos, y poco a poco estamos consiguiéndolo. Ya no talamos los árboles de uno en uno sino bosques y a cientos, no matamos un bocarte sino que lo hacemos a millones, guardamos el veneno de residuos en balsas … Parece un destino, una fatalidad, una predestinación, un sino. Hemos vuelto locos a los dioses. Ya no me encomiendo a los dioses porque Los dioses deben estar locos, (obra cinematográfica escrita y dirigida por Jamie Uys en 1980).

Los ponemos en monedas y banderas, objetos muy amados, pero avanzamos por la autopista del principio y del precipicio.

Obtenida en: Deforestación.madrimasd.org
El 'Roblón', cercanías de Vegabaño (León)

FOTOGRAFÍAS Y TEXTO DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO ADVERTENCIA EXPRESA
http://elpais.com/elpais/2015/11/18/ciencia/1447867686_497252.html

PEÑA SALÓN

14.03.1987
La lectura del siguiente trabajo apuntalará las razones por las que incorporé el mapa anterior, publicado en 1944 por rl Instituto Geográfico y Catastral.
http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/RCG/article/view/1540/1455
San Juan de Beleño

A San Juan de Beleño se llega desde Cangas de Onís siguiendo la carretera que va al puerto del Pontón, en este punto, a la derecha, aparece la indicación en el puente Los Grazos y, siguiéndola, tras dejar la de Taranes a la derecha, llegamos a San Juan de Beleño. A la salida de este último pueblo encontramos una carretera a la izquierda que conduce a Viego. 
Collada a Viego
Collada a Viego


Está asfaltada, es estrecha y con muchas curvas aunque sin mayores riesgos; mucha más precaución requeriría llegar a Viego por la que sale del puente Vidosa aunque se ahorren algunos km.
La cartografía elegida señala fielmente las vías de tránsito del momento  y también la toponimia. Su empleo puede abocar a caminos ya desaparecidos y también a otros convertidos en carreteras abiertas al tráfico rodado (entre San Juan de Beleño y el puente Vidosa hay carretera de estupendo firme y trazado). También indica el terreno de labor que rodea los pueblos con el siguiente tramado, lo que también hoy ha cambiado de sustancial manera.  
En la collada que da paso de Beleño a Viego merece la pena hacer un alto y tender la vista atrás para ver el sector centro-este de la cordillera y, especialmente, el Tiatordos.
Cuando iniciamos la bajada hacia Viego distinguimos perfectamente nuestro objetivo: es una masa de caliza en la que destaca -vista desde aquí- un gran pliegue tumbado que habla de su complicado pasado geológico.
Viego

Desde Viego (750 m) tenemos cerca Peña Salón (1.243 m). Al SE, en primer plano, y desde el bar que encontramos a la izquierda bajando, se puede estudiar la vía de acceso. Hay que llegar a la collada a través de un camino que no presenta problemas y está bien marcado pero tiene pronunciada pendiente en su tramo final. Una vez remontada, ya en la misma base de la peña, se continúa en cómodo zig-zag por una amplia canal entre Peña Salón y Baxeñu sin riesgo alguno hasta coronar.
La ruta descrita es, probablemente la más cómoda pero no la única, obviamente. Una clásica era la subida a la peña por la llamada Senda del Cartero, hoy ya difícil localizar el punto de partida desde la carretera de Cangas de Onís a Riaño. Ocasionalmente luce un cartelito el punto de partida que pronto el vandalismo reduce a escombro. La ruta del vídeo que se incluye debe tomarse sólo por personas en buenas condiciones pues la vuelta atrás puede resultar imposible.
https://www.youtube.com/watch?v=GaXj_wEmBp4



Entre esta montaña y el río Sella están los pueblos de Biamón, Casielles y Cándano, antaño únicamente 
Bajo Peña Salón, zig-zag por Biamón hasta Casielles
accesibles por la famosa senda de El Cartero y a los que hoy se puede llegar por la carretera que parte del Puente Agüera por la Foz de los Andamios, aunque es muy estrecha y de sinuoso trazado, pero carretera asfaltada al fin y al cabo. Más abajo está la de Cangas de Onís al Pontón y, por último, el Sella encajonado entre las dos verticalidades que forman el precioso desfiladero de los Beyos. 
Foz de Los Andamios
 Se ve perfectamente la separación de las fincas por paredes o sebes dan al campo aspecto de red, de la resaltan los distintos verdes. Es más acusada la variación en las tierras de labradío, agrupadas en la zona más soleada y en la que hay mejor suelo que en los prados de diente y corta.
El paisaje desde la cumbre es extraordinario: al SO, Ten y Pileñes “... buen par de peñes...”; al E, el borde del Macizo Occidental de los Picos de Europa sobre el valle de Angón con El Cotalba y las Peñas Santas. La sierra de Beza nos indica el paso de la Senda del Arcediano.
Todos estos pueblos son productores del queso de los Beyos. Sabroso producto local y que
se puede encontrar al paso por estas tierras.

Obtuvo grado en Teología en la Universidad de Alcalá de Diego Alonso de Monasterio y Fana García y Viejo, natural de Santa María de Viego. Así consta en el Archivo Histórico Nacional, 
Signatura: UNIVERSIDADES,68,Exp.250




TEXTO Y FOTOS DE MANUEL ANTONIO MIRANDA SALVO INDICACIÓN EXPRESA

Sen de los Mulos

EXCURSIÓN AL SEN DE LOS MULOS

Hemos de pasar por San Juan de Beleño para penetrar en el bosque Peloño.
Al final del pueblo la carretera gira a la izquierda y remonta una sinuosa pendiente; a los 2 km, aproximadamente, aparece a la derecha la señalización a Les Bedules a través de una pista de tierra y piedra, que tras otros 2 km nos deja en unos prados con cabañas. Hemos dejado a derecha e izquierda, monte bajo y también arbolado de robles y hayas. Este sitio (1.000 m) es un estupendo mirador al O del Maciédome y el Tiatordos al final; al N, El Pierzo; al E, los Picos de Europa; y al S, el Cordal de Ponga con Ten y Pileñes.
Tiatordos y a la derecha la Peña Taranes
Se continúa caminando por la pista, vemos perfectamente Peña Salón y el camino de acceso para coronarla sin dificultad. La pista es de poca pendiente y a partir de los 1.100 m ondula suavemente hasta los 1.200. Nos adentramos en Peloño entre hayas y algunos prados cercados, pocos; casi todos con su cabaña. Al otro lado del Rasu están el Bargolí y el Pico del Valle Antiguo, cumbres que quedan a la derecha, al oeste; después,  está el valle de Ventaniella.
Picos de Europa (identificados por J.R. Fdez.-Tresguerres
Tras unos 3 km de cómoda marcha encontramos varios prados a la izquierda, grandes, con cabaña, el último de ellos con un cierre de alambrada alrededor de la casa. Se ensancha el camino en una pradería y la pista comienza a descender ya hacia el corazón del bosque. Aquí la abandonamos y tomamos el camino que bordea la pradería por la izquierda.
Caminando por Granceno hacia el Sen de los Mulos


Estamos en el nacimiento del Porciles, que forma la foz de los Andamios, y vemos el pueblo de Viboli. Remontamos y encontramos un llano con cabañas tan ruinosas que apenas son reconocibles como tales. Seguimos el bien marcado itinerario y de nuevo pradería en una estrecha collada que recorremos longitudinalmente, a la derecha el arroyo de Resuela, a la izquierda el de Siergu, al frente nuestra meta. El camino se bifurca; se sigue por la derecha, casi por llano, bordeando bajo el escarpe calizo. Después de 1 km, aproximadamente, empieza la subida. Este es un lugar privilegiado para contemplar la amplia cabecera de valle del río Mojizo que drena desde el pico La Mora hasta el Bustantio, además de Ten y Pileñes. Es un hayedo aclarado en algunos puntos por prados perfectamente cuidados. Esta panorámica es de gran belleza
y refleja claramente la enorme riqueza del medio.
Monte Peloño
Llegamos a unas praderías que tienen en su parte baja unas cabañas, pequeñas y bajas, perfectamente enmascaradas en el paisaje y que pueden pasar desapercibidas. Desde aquí, emprendemos la parte final cruzando por las praderías dejando a derecha e izquierda rocas calizas. A nuestra derecha, pronto se abre una collada, y a través de ella se ven retazos del gran horizonte que nos espera en la cumbre. Este último tramo es muy pendiente y la vista es bastante aérea.
La panorámica desde la cima compensa todos los esfuerzos: hacia el SE Oseja de Sajambre y la carretera que lleva a Soto de Sajambre; al E Beza, Canto Cabronero, las Peñas Santas y el Cotalba; al N El Sueve y el Cantábrico.
Varias veces anduve por el Monte Peloño y alguna otra montaña suya coroné. Han  pasado varios años y el cambio ha sido notable y beneficioso para los humanos colonizadores, a largo plazo no lo veremos pero quizá Las cañas del beneficio se vuelven lanzas. Llega el coche por pista con firme de hormigón a un amplio aparcamiento, una corta pista acondicionada para que circulen sillas de 
Senda acondicionada

minusvalías, y todo el aspecto que necesita un área recreativa para urbanitas. En el hayedo del Bosque Peloño se abren varias calvas, sufre una alopecia incurable y muy agresiva.


Ortofoto del Principado de Asturias, 2007

La declaración de Parque Natural ha servido para conocer mejor la Naturaleza del bosque e ir arrebatándosela poco a poco, sin que apenas se note (creen ellos), lo nota el bosque.
El mapa que acompaña a esta entrada está editado en el año 1944 por el Instituto Geográfico y catastral, bien se ven los capilares por los que circulaba la sangre del parque, los paisanos que forjaron el paisaje, le dieron forma y nombre. Ahora se lo da Google Earth, a su manera, y echando niebla sobre el pasado el pasado. Antes del éxodo rural se encontraban vecinos yendo o viniendo fincas con los que se podía aclarar cualquier duda y esperar cualquier ayuda; ahora se coincide con urbanitas sólo saben lo Google les dice y dependen de la cobertura del móvil. ¡Patético!

Sen de los Mulos
Foto obtenida de http://balquemau.blogspot.com.es/2015/01/martinon-de-llue.html
En la cara este del Sen de los Mulos se asentó Tolivia y muy cerca el caserío de Llué. Humberto (de Sobrefoz) nos contó (15.11.2015) una leyenda cercana, de finales del siglo XIX, la de Martinón el de Llué, cuyo caserío constaba de cabaña, molino, y establo. Recordado por su fortaleza física, participación en cacerías (había osos en su tiempo) y la dura, muy dura, historia de la muerte y dilatada inhumación de su esposa. Murió durante una gran nevada y no se podía llevar el cadáver a Tolivia. Lo enterró Martinón en la nieve y durante la noche, para evitar alimañas, la tenía en casa. Cuando la nieve lo permitió la llevó a Tolivia para darle tierra en el cementerio parroquial.
Sen de los Mulos


https://www.youtube.com/watch?v=1aqWErTpppo

Lupias, verrugas, y anillos

LUPIAS, VERRUGAS, Y ANILLOS
Las lupias son abultamientos en los troncos de los árboles de 
forma esferoide, de superficie lisa, de todos los tamaños y en cualquier parte. 
Su formación obedece a menudo a causas desconocidas.





Las verrugas/os son también abultamientos en la parte exterior del tronco de las que brotan muy abundantes yemas abortadas, lo que origina una superficie muy rugosa; se producen por causas diversas, como golpes, picaduras de insectos, infecciones víricas, bacterianas, fúngicas, o por fuerzas telúricas, tendidos eléctricos o antenas de telecomunicaciones.
Las agallas tienen en su interior galerías y restos de la actividad de las larvas mientras en los casos de lupias y verrugas no sucede habitualmente.
Fotografía cedida por J.Acacio Suárez

Al ver un árbol destacamos el porte, la copa, las características de sus órganos según estaciones, ¡la sombra! y, en ocasiones la edad aparente; pero pocas veces dedicamos las reflexiones a que el árbol a la vista, allí ha nacido, allí mismo vive, y allí mismo morirá. Muchos otros seres vivos pasarán por él: aves, insectos, arañas, ácaros, jabalíes, ardillas, y un sinfín; llegan se van, y el árbol espera los siguientes. Todos: pasados, presentes, y los que dure forman parte de la cadena de la vida.
Durante todo su vida crecen los árboles, más o menos, mejor o peor, no tienen un crecimiento continuo regularmente.
Podemos contar los años que han pasado entre el momento de su nacimiento – el anillo más interior – y el de su muerte – el anillo más exterior. Podemos, por tanto, relacionar su crecimiento con las bases de datos meteorológicos, incendios, derrumbes, etc.
Las capas de crecimiento acumuladas a lo largo de su vida se hacen visibles  con anillos concéntricos en los que se puede leer, a grandes rasgos, su biografía.
El crecimiento del árbol entre la primera madera y la corteza, el grosor aumentado, el árbol transforma su energía. La generación de nuevas células de crecimiento es máxima en primavera (las ramitas más jóvenes tienen un color más claro), llegando al verano ya escasea el agua y las nuevas células son menores; se detiene el crecimiento en otoño y se detiene en invierno.
http://www.europapress.es/ciencia/habitat-y-clima/noticia-atlas-sequia-ultimos-2000-anos-europa-20151106190319.html

Las diferencias entre las células más pequeñas y las grandes que comienzan a crecer al año siguiente permiten diferenciar los anillos. Se pueden tomar muestras de los anillos sin dañar el árbol haciendo un sondeo parecido a los de geología y obtener testigos cilíndricos de diáfana lectura.
Hay diferencias entre anillos de años distintos por las lluvias o la sequía, las temperaturas templadas favorecen el engrosamiento,  las plagas dejan sus huellas, incendios, golpes mecánicos, etc. Con métodos estadísticos se comparan las cronologías de los resultados en distintas partes del bosque, a distintas alturas, con diferentes suelos y estableciendo controles para hacer comparaciones estadísticas y cruzar los datos obtenidos.




Ahora bien, supongamos que investigamos un yacimiento arqueológico y que en él aparece un tronco de árbol bien conservado en el que se pueden distinguir los anillos, ese tronco pudo haber formado parte de las columnas de una casa, de las vigas que soportaban el tejado o haber sido utilizado como mueble, por citar unos ejemplos. Por supuesto, con el número de anillos podemos conocer la edad del árbol pero no la del yacimiento, ya que no sabemos cuando fue cortado, pero hay una forma de averiguarlo, si el yacimiento no es muy antiguo.
Una fórmula consiste en estudiar series de árboles cada vez más antiguos. Primero se estudia un árbol reciente, cuya edad conocemos, y se extrae la mayor información posible de sus anillos. Imaginemos que en algún momento de su vida hubo una oscilación climática y se dieron varios años fríos. Los anillos correspondientes a esos años serán muy estrechos en el árbol que estudiamos y en todos los de la zona. Determinamos a qué años corresponde esa secuencia particular. Luego buscamos otro árbol que haya muerto poco después de ese periodo concreto, lo mismo que el anterior tendrá la secuencia de anillos estrechos pero, al ser más antiguo, estarán en su parte mas externa del tronco. Así pues, partiendo de la serie en el primer árbol, iremos contando hacia atrás, al llegar a los anillos estrechos, saltaremos al árbol más antiguo y continuaremos contando hacia atrás. Si después se identifica otra zona característica y se tiene un árbol más antiguo todavía, el proceso se puede repetir y así retrocedemos más en el tiempo.
Así se ha logrado llegar en algunos lugares hasta 10.000 mil años atrás. 
Lógicamente, en los lugares donde existen árboles muy viejos la secuencia cronológica es más fácil de lograr. El árbol que mostramos en la imagen proporciona una secuencia que nos permite llegar desde 1953, cuando fue cortado, hasta 1577. En algunos lugares, como por ejemplo, unos árboles que existen en Great Basin, en California, viven todavía árboles que tienen 4.000 años de edad y existe madera muerta de más de 10.000 años. En los lugares donde ya no existen árboles tan viejos, los científicos buscan en las vigas de madera de las iglesias o en los edificios antiguos.
Muchas cosas se pueden averiguar con la dendrocronología, y una buena muestra de ello es la historia de Andrew Ellicot Douglass, el astrónomo americano que comenzó a utilizar este método de datación. Douglass no buscaba una forma de datar un yacimiento arqueológico, él quería descubrir si las manchas solares que surgen periódicamente en el Sol han influido en el clima de la Tierra. Su tesón permitió sentar las bases de una nueva forma de medir el tiempo: la dendrocronología.


 TEXTO Y FOTOS DE MANUEL ANTONIO MIRANDA SALVO INDICACIÓN EXPRESA

EL CULTO DEL ROBLE


Árbol, árbol genealógico, arboladura, enarbolar, son términos que evocan imágenes que remiten a la misma figura.
Roble
En los diccionarios se ofrecen definiciones precisas, la Botánica expone sus intimidades celulares y la Genética puede clonarlo.
En la modernidad se asigna al árbol un día al año (también a la madre, a la patria, a la paz, a los enamorados, al domund, al SIDA, a los difuntos y todo lo quiera el Corte Inglés).
¡Un día! ¡qué exceso! Los panteístas lo ven como una broma.
Suecia fue el primer país del mundo que lo instituyó en 1840.
Fue el roble uno de los árboles distinguidos entre los hombres y al que atribuyeron poderes divinos y al que ‘adoraron’, no fue el único pero en nuestras latitudes es uno de los que forman masas forestales de cierta importancia y de biodiversidad extremadamente rica.
Carvalleda
La idea del dios roble fue compartida  por arios, griegos y romanos: estos últimos lo asociaron con su dios máximo Zeus o Júpiter, divinidad del cielo, de la lluvia y del trueno.
Dodona. Obtenida de mayaegitto.altervista.org

Carvalleda
Fue el Oráculo de Dodona  el más célebre  -después de Delphos- de la Antigüedad (alrededor de la Edad de los Metales, segundo milenio a. C.).  Sacerdotes y sacerdotisas del bosque sagrado interpretaban la caída de las hojas del roble en el viento. Hablando de la Grecia Clásica acude el símbolo de organización cultura, democracia, filosofía, Discernimiento en suma, pero al situarla en la Edad de los Metales parece que cambia el halo, de la barbarie de la Prehistoria a la Grecia del Conocimiento.
Relata Heródoto que escuchó en Tebas, en Egipto:
[…] Las sacerdotisas de los dodonienses cuentan que de Tebas, en Egipto, partieron dos palomas negras; una viajó hasta Libia, y la otra hasta ellas; una vez allí, la paloma se posó sobre un roble, y con voz humana articuló que el destino quería que se estableciera en aquel lugar un oráculo de Júpiter; los dodonienses, mirándola como una mensajera de los dioses, obedecieron de inmediato. Cuentan también que la paloma que voló hasta Libia ordeno a los libios construir el oráculo de Amón, que es también un oráculo de Júpiter. Esto es lo que me dijeron las sacerdotisas de los dodonienses, de las cuales la más vieja se llamaba Promenia, la siguiente, Timárete, y la más joven, Nicandra. Su relato fue confirmado por el testimonio del resto de dodoneos, ministros del templo […].
La Rama Dorada; Sir JAMES GEORGE FRAZER

En la orillas del Mediterráneo son abundantes los relatos que funden el roble con alguna divinidad.
En la Europa central encontramos igualmente al gran dios del roble y el trueno entre los arios. Los celtas de la Galia nada tenían tan sagrado como el muérdago y el roble sobre el que crecía y no realizaban  ninguna ceremonia sin hojas de roble (las hojas de roble son un símbolo político y militar en Alemania, están representadas en monedas, también una marca de cuchillos desde 1928; la marca Bellota vende en España herramientas de Agricultura y Jardinería).
Era el roble el jefe de los árboles santos de los antiguos germanos y parece ser que fue dedicado al dios del trueno, Donar o Thunar; asimismo entre los eslavos fue el árbol del dios Perun; los lituanos consagraban robles a Perkunas (dios del trueno y del relámpago).
Vivían los druidas en los bosques de roble y el árbol generó sentimientos casi fanáticos con procesiones y ofrendas, lo adornaban con flores y los guerreros colgaban en sus ramas despojos de los vencidos en sus combates.
Los robles fueron venerados en toda Europa bajo uno u otro nombre.
Cruz de Caballero con hojas de roble. Obtenida de wehrmacht.es
Obtenida de cliparto.es













El cristianismo chocó, también en este campo, con aquellas culturas pero dada la ‘persuasión’ de los cristianizadores quedó convertida la armonía con la Naturaleza en condecoraciones, monedas, ‘un día/año’, feriales, y muchas fiestas gastronómicas en los carvalleos-carvalleiras.







Roble antiguo

Roble moderno

TEXTO Y FOTOS DE MANUEL ANTONIO MIRANDA SALVO INDICACIÓN EXPRESA




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