Picos Albos (Somiedo)

Mayo 1995
Saliencia

Valle de Saliencia
Repisa que soporta el lago de La Cueva
Por la carretera de Belmonte a Pola de Somiedo, después de pasar Castro, en el embalse La Malva sale a la izquierda una carretera que conduce a Saliencia. Un 4 x 4 nos aproximaría a la collada La Farrapona (ancho camino hoy convertido en pista asfaltada) y continuamos hasta la orilla del lago de La Cueva.





El entorno está dignificado por la restauración que se hizo de la antigua explotación minera. Empezamos a subir para alcanzar el nivel del lago Cerveriz por una pista apta para vehículos todo terreno pero que únicamente pueden usar vehículos de la guardería del Parque Natural de Somiedo. A medida que ganamos altura mejora la vista aérea del lago de La Cueva. Apenas se notan dos bocaminas y quedan en pie las paredes de lo que debieron ser barracones; llegó a tener más de 100 empleados y cerró hacia 1970.
Esta gran vega de Camayor pertenece a los vecinos de Saliencia, quienes la alquilan por los veranos a los trashumantes de Salamanca o Extremadura. Antiguamente venían caminando -ahora en ferrocarril o camión hasta León o Villamanín- por la cañada La Vizana, de 880 km, entre La Farrapona y el puente de La Lavandera (Cáceres). Estas camperas aportan importantes ingresos a los vecinos de Saliencia por este concepto (300.000 pts en 1985).
Lago Cerveriz, al fondo el L. Calabazosa
Queda a la izquierda una laguna (La Mina) con muy poca agua y con importante masa de vegetación acuática. Después, dejándose caer, ya se ve el lago Cerveriz. Estamos al comienzo de la Vega Camayor. Para acercarse al lago no hay más que seguir la línea recta y para asomarse al Lago Negro
-o Calabazosa- se sigue el sendero que desde el Cerveriz sale a la izquierda, hacia el E. En pocos minutos se puede ver completo. Es el más profundo de los asturianos y tiene un calado superior a los 30 m. Por estar represado para aprovechamiento hidroeléctrico sufre fuertes oscilaciones y alcanza unos desniveles de hasta 9 m.
Justo encima del Cerveriz se levantan los Picos Albos, de similar altura y separados por una collada. No parecen demasiado duros para nosotros y empezamos el ataque.Vamos hasta una pequeña construcción que hay al O del lago Cerveriz y desde allí, mirando al S se distinguen tres niveles de rocas. Se comienza bordeando el primero de los resaltes rocosos por la derecha y después se remonta el segundo. Aquí encontramos una hoya de unos 200 m de longitud, con unas cuantas lagunillas circulares o redondeadas y algunos cursos de agua que meandrizan unos cuantos metros para después sumirse, son las lagunas de El Promedio. Es pendiente y pedregosa la senda pero se recorre sin problema. Al coronar la collada hay que rodear una pequeña torca y, si se hace por la izquierda, se llega a otra de grandes dimensiones. Al cambiar a aguas vertientes al Valle se abre ante nosotros el fantástico espectáculo del Lago del Valle a vista de pájaro, más allá Peña Chana y al fondo El Cornón; al S el paisaje lunar de Las Duernas y la cara N de Peña Orniz; al E Los Bígaros y las Ubiñas. Remontamos el castillete del Albo Occidental y ahora sí que completamos un maravilloso paisaje de 360º al incluir Valle de Lago en toda su extensión.
Lago del Valle
Duernas
Este es el punto culminante de la excursión y un perfecto observatorio del sinclinal de Saliencia.
Destaca Peña Orniz, que nos enseña su cara N y los conos que acumula en su base; y el paisaje lunar del paraje llamado Las Duernas, que es una plataforma cóncava de caliza muy carstificada y plagada de diminutas dolinas que le dan el aspecto lunar por los cráteres. Se aprecia en su modelado la
influencia de los hielos de la última glaciación. En el arco montañoso que de Peña Orniz cierra el circo de Las Duernas, se acumulaba la nieve que originaba el glaciar de Lago del Valle. Los hielos fluían valle abajo hasta rebasar el pueblo, aproximadamente hasta donde está el pequeño embalse de HC. También en este arco nacía el glaciar de Camayor, que copaba toda la vega a modo de casquete. Excavó el sitio para los lagos Cerveriz y Calabazosa y uno de sus ramales alimentó al de Saliencia; éste, después de erosionar el embudo del lago de La Cueva, saltaba el desnivel y se escurría valle abajo casi hasta el pueblo de Saliencia. El glaciar de Los Albos nacía en la cara NE de estos picos y corría para conectar con el de Camayor, resto de este contacto es la pequeña morrena lateral que los separaba.
No se puede asegurar que este relieve somedano -lagos, valles, cubetas y “duernas”- deba sus formas totalmente a los hielos del cuaternario, pero sí que éstos actuaron sobre formas preexistentes adaptándose a la estructura del terreno.
Todo este conjunto del sinclinal de Saliencia se resume en 3 niveles:
1º Las Duernas estrictamente dichas.
2º La curvatura que recoge el Calabazosa, el Cerveriz, casi una docena de lagunas, y la vega de Camayor con el pequeño macizo interior, de planta elíptica, de Los Albos.
3º Y enmarcando las vegas de Camayor se alinean los valles de Valle de Lago y Saliencia. Extensos y profundos surcos, de pendiente muy débil, fondo de valle amplio y paredes escarpadas, orientados de SE a NE, que canalizan las vías de comunicación y en los que se establecen los únicos núcleos
habitados.
Subiendo a Los Albos encontró Antón Salix breviserrata, infrecuente sauce enano descubierto en estas montañas por el P. Laínz.
El lago del Valle es el de mayor superficie de Asturias con 23,7 ha, y con una profundidad de más de 25 m. Desde aquí tiene color verde esmeralda y cierta transparencia.

Salix breviserrata

EXCURSIÓN A LA VEGA DE ARIO CON OPCIÓN AL JULTAYO

25 de marzo de 1995
Magnético es el atractivo de los Picos de Europa y no se puede transitar por ellos sin ser víctima de su hechizo.
Fue el primer parque nacional de España (1918), debe su 'sombría' fama a los numerosos accidentes de montaña que se han producido y a la gran riqueza de paredes y cañones que ofrece para la práctica de todos los deportes de montaña.
La llegada al lago Enol, con un poco de suerte, puede ser una imagen casi mágica si aparece flameado por la niebla y al fondo Peña Santa de Enol jugando al escondite. La misma encantada estampa se puede encontrar en El Ercina.
Desde el lago Enol se hizo una carretera a la parte alta de la vega Comeya que termina debajo de la base del Ercina. Se trata de acceder a un gran aparcamiento, que contará con algunos servicios, bajo la administración del ICONA Ante esta iniciativa reaccionaron en contra algunos vecinos de
Cangas de Onís a través de INCATUR (Iniciativas Canguesas de Turismo). Antes de la llegada a la explanada que acoge el lago hay -subiendo, a la izda.- un relleno de pináculos que parecen grandes termiteros. Se debe esta morfología a un pasado de clima tropical con abundantes precipitaciones
que disolvió la caliza y dejó este profundo lapiaz que, mucho más tarde, se rellenó con los materiales morrénicos que arrastraron los hielos de la última glaciación. Este lugar, aunque de pequeñas dimensiones, mereció la calificación de PIG (Punto de Interés Geológico).
En este lago hay una numerosa población, estable, de fochas; en los dos lagos, abundan truchas y cangrejos -autóctonos- de gran tamaño.
Dejamos el coche a la vera del lago Ercina y atravesando la campera nos dirigimos a su extremo NE. Bordeando una gran peña encontramos la senda -bien indicada- que conduce a Vega de Ario. Pasamos al lado de unas cabañas y, en una roca a la derecha, hay un tejo que hace de paipay -nació
en un sitio inverosímil y consiguió vivir varios cientos de años pues tiene el tronco abierto y vaciado-. Alcanzamos una colladina y después llaneamos hasta llegar a un roquedo. Aquí, aunque no lo parezca, es necesario estar atentos porque si nos desviamos a la izquierda apareceremos en la majada Belbín.

Llegados a la majada La Rondiella, disfrutamos de las cuidadas cabañas y el pastoril entorno. Entramos en el peñascal y pasamos junto a una fuente donde una moderna manguera de plástico nos permite enchufar el agua en la boca.
El nacimiento del río Casaño es un lugar con encanto, recoleto. Se trata de una miniatura de cabecera de paredes verticales y fondo casi plano -parece un “cirquín” glaciar- y cuya morfología seguramente tiene algo que ver con climas mucho más fríos. En un extremo salen dos hilillos de agua que se juntan 2 ó 3 m más abajo y forman el primer metro de cauce del Casaño (mucho ha de crecer hasta llegar a La Molina).

Ahora hay que subir hasta una collada y ya se ve El Jultayu. A partir de aquí, SIEMPRE MIRANDO LAS SEÑALES AMARILLAS Y LOS PEQUEÑOS Y COQUETOS MONTONES DE PIEDRA QUE TAMBIÉN JALONAN LA RUTA -JITOS- Y QUE INDICAN QUE ESTAMOS EN EL BUEN CAMINO, no hay nada que merezca la pena resaltar hasta llegar a la collada El Jito. En esta collada se abre el panorama y ahora sí que resulta espectacular.
Al frente está el tajo del río Cares (que encontramos cubierto por la niebla formando un estrecho mar algodonoso) y al otro lado, yendo de N a S, se ve: Amuesa, el Neverón de Urriello, Los Cabrones, Torre Cerredo y, ya encima de Caín, Dobresengos.

A nuestra derecha el Jultayo, la cresta de Peña Santa de Castilla y el Cuvicente. Tras un suave descenso llegamos a la vega de Ario, donde hay algunas cabañas y el refugio de montaña Marqués de Villaviciosa.
Los Picos de Europa constituyen por su volumen, modelado y altura, la unidad más destacada del paisaje morfológico asturiano. Se ve desde numerosos puntos de nuestra geografía y resultan particularmente hermosos cuando están nevados y helados. Tienen perfectamente definido su contorno por los escarpados paredones que lo limitan. Se pueden distinguir dos niveles
montañosos escalonados por los bloques que, a distinta altura, se levantaron:
uno al N entre 1.000 y 1.400 m de altura, cuyo sector más significativo es la plataforma del Enol. Está muy carstificada y en algunos puntos retocada por la acción de los hielos o las aguas de fusión de las lenguas glaciares cuaternarias. El otro sector, más al S, se levanta bruscamente hasta los 2.600
m; y presenta un extraordinario y particular relieve cárstico de alta montaña muy marcado por los hielos de la última glaciación. No hay red fluvial jerarquizada ya que, salvo en sus límites, en el interior no existen ríos y son los jous y las cresterías que los separan los elementos que definen el relieve, y que están muy modificados por la acción de los hielos. Presentan numerosas formaciones glaciares y periglaciares, y frecuentes depósitos de tipo morrénico.



Aunque se extienden de E a O y en ellos se localizan las cumbres más elevadas de la Cordillera Cantábrica, no constituyen una línea de separación de cuenca hidrográfica. Están atravesados perpendicularmente y enmarcados por los ríos Sella, Cares, Duje y Deva, que nacen en las montañas de la divisoria; y los tajan formando profundos desfiladeros. Estos cañones dividen el conjunto en tres macizos: al E, entre el Duje y el Deva (entre el valle que conduce a Potes y las vegas de Sotres, camino de Áliva), el Oriental o de Andara, que no pasa de los 2.300 m e incluye pequeñas fosas tectónicas como la de Sotres; entre el Cares y el Duje se sitúa el Central (el más famoso, duro y
agreste), que incluye las mayores elevaciones de la cordillera como Peña Vieja y Torre Cerredo; al O, el Occidental (fácilmente accesible por Covadonga, más conocido y pisado), entre el Sella y el Cares y, más exactamente, entre la Senda del Cares y el Valle de Angón, que comprende el Cornión y alberga los lagos Enol y Ercina. La gran originalidad de los Picos de Europa radica en la combinación entre las formas cársticas, de acumulación glaciar y las de carácter mixto.
Caminando por ellos se encuentran rocas modeladas por el hielo. Los seres vivos más interesantes son de pequeño tamaño, tales como flores e insectos, aunque el más afamado sea el rebeco.
En todo el conjunto predomina la caliza de edad carbonífera. La naturaleza de esta roca, soluble en agua de lluvia, permitió que las depresiones cerradas se ampliaran lentamente y se originaran galerías, simas, y todas las formaciones cársticas propias de su naturaleza. Toda la unidad está ahuecada por estos fenómenos.

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