DEL CONIO A VALDEBOIS

Travesía realizada el 6 de julio de 1996
MTN 1:50.000 de 1953
Contiene el mapa información de gran interés del que destaco su riqueza de topónimos y la red de caminos transitables. 
Ya nos habíamos asomado a este valle del Aviouga por el Chao la Argasada.
El bosque de Valdebois fue famoso por extensión, espesura, y calidad de sus árboles, aunque en la actualidad está muy aclarado. Fue integrado en la Reserva Biológica de Muniellos y se está reforestando con especies autóctonas.
Desde aquí una pista de reciente construcción arranca hacia el N cabalgando sobre la sierra Cazarnoso, y otra tiende a enterrarse en el valle. Al asomarse se ven sus primeros zig-zag hasta que la espesura la engulle. En los mapas están perfectamente señalizadas ambas. Seguimos la que baja al valle del Aviouga y parece que será muy cómoda.

Desde los primeros pasos entramos en un túnel de bóveda verde y todo presagia un día espléndido. La pista traza unas Z's en rápido descenso. A los lados, protegidos por tutores, crecen plantones de cerezos, serbales, abedules y acebos.
Hemos pasado un tramo frecuentado por el movimiento peatonal y entramos en otro menos pisado. Hierbas altas y zarzas crecen en el camino de parte a parte, hasta tal punto que en algunos intervalos cuesta reconocer el trazado original.

Hace pocos años hubo un gran incendio del que quedan los esqueletos tostados de los árboles y creció un denso matorral.
Llegamos a una camperina en la que queda un montón de piedras, sin duda resto de una construcción anterior, tal vez una cabaña.
Hay que andar atento porque la hierba oculta el camino. La vegetación es envolvente, el calor, la humedad y los millones de moscas que nos asedian desatan nerviosismo. 

Aún no vemos el río y necesitamos llegar a su ribera para encontrar mayor frescura. Faltan los jíbaros y la mamba verde para sentirnos en el trópico.

Atención al cortín en el ángulo superior derecho
Las abejas pertenecen a la casería y son tratadas como un "ganado" más (clasificadas como ganado menor) y la entrega de colmenas y colmenares figuraron en dotes para hijas y mandas testamentarias.
Llegamos a la ribera, a los prados, que requieren vías de servicio, y los caminos se ensanchan. Las moscas nos abandonan porque encuentran otros niveles de vuelo; el camino llanea; y el valle se abre.
Caminamos con gran comodidad. Aparecen los primeros prados y algunos puentes de travesaños o un solo tronco. 

El fondo es pedregoso, de cantos rodados color jarabe ámbar, que cruza alguna trucha velocísima (me propongo fotografiar alguna). El agua cristalina se ve mejor en silencio, también el bosque, y los cortines.

En la margen derecha del río se mantiene espeso el bosque y sobre un crestón de cuarcita se asienta un cortín como un mascarón de proa. 
Desembocamos a la pista que, va a Valdebois y pronto encontramos unas construcciones sólidas cubiertas de plástico negro y abiertas a los vientos: son garajes con cobijo para 10 coches.

Las casas de Valdebois tienen paredes de piedra pizarrosa y tejados de pizarra plomiza. Destacan  las antenas parabólicas que brotan de las paredes de las viviendas y en las colondras de los hórreos. Hay una gran panera espléndidamente decorada y, un poco más allá, una casuca. A una señora enlutada -que entretiene a unos niños- le preguntamos por el ganado y los pastos:
-Teníamos cuatro vacas ya dos llevolas el saneamiento.
-Pero... ¿cómo fue?
-Vino el saneamiento y dejonos con dos. Dijeron que las otras taban malas.

Se trataba de la campaña de saneamiento de la ganadería en la que se encontraron dos reses enfermas;  nos cuenta que vive con su hijo menor, los otros se fueron para Cangas del Narcea o para Oviedo. Ahora vienen con la prole los fines de semana.
-¿Tiene miel para vender?
-Natural, casera, sin trampa. A mil pts/kg.
Incluso ofreció un trocito de rezumante panal. Antón mercó un kg.
-¿Cuánto falta para Seroiro?
-Según caminéis. A mí me lleva 2 1⁄2 h cuando voy a misa. El camino no tiene pérdida, y en caso de duda, seguid los postes de la luz.
Por la izquierda hay algunos prados y en la sebe crecen un par de cerezos cargados de fruto (como las uvas de la zorra). Al volver la vista atrás, observamos en la ladera S de la sierra de Cazarnoso un par de cicatrices con el aspecto de ser lo que queda de una cata romana en busca de oro. 

El espigón que tenemos enfrente son los riscos de Chao Pandela. Apreciamos la panorámica del valle del Aviouga y del bosque de Valdebois. Es notable la mancha de abedules que, desde El Connio, 

se extiende a Muniellos. Pasamos un cortín arruinado y bajamos hasta el reguero Llamoso. Estamos a un km de Seroiro. El pueblo que se ve a la derecha es Pradias.
También en Seroiro las construcciones son de pizarra. Vivienda, cuadra y hórreo están dentro de una portalada; y los caminos están emparrados. Con esta disposición es imposible fisgonear intramuros. La vecindad es simultáneamente cómplice y muy independiente. Nada extraño escapa a la vigilancia de los moradores. Cada vecino es un centinela. Funciona la autocensura porque siempre está en juego la reputación.
Cansados y sedientos buscamos un bar sin éxito. Ante el portalón de una de las casas nos sentamos a esperar el paso de alguien o despertar curiosidad. Sale un rapaz al que imploramos un poco de agua y, efectivamente, nos trae. Nos invita a pasar a la antojana y al poco tiempo se incorpora su padre (d. Enrique, que cumplió el servicio militar en África) interesándose por nuestra presencia y la ruta que seguimos. A nosotros nos interesa saber si las parras producen uvas para vino.
-Mucho y excelente. Tengo pa tol año. El año pasao me ofrecieron a 200 pts/l.

Nos ofrece una prueba. Es blanco, joven, aromático afrutado, muy fresco. Buscamos un teléfono para llamar a un taxi y regresar al coche. Vamos a la centralita pública. Al paso dejamos la casa, blasonada, de Meirazo (con escudo de armas de Uría) y llegamos al locutorio. Una mujer atlética, morena, con rasgos ligeramente angulosos, de indudable belleza, y muy lejos de las que describió Salazar en el s. XVI, se hace cargo de la situación y efectúa la llamada telefónica al taxi. Llega un viejo Ford Granada y en él regresamos al punto de partida.

CARACOLES (III)

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO ADVERTENCIA EXPRESA

Oestophorella buvinieri 
Es endémica del norte de España (oeste del país Vasco y norte de Burgos a la parte más oriental de Galicia). Poco se sabe de su vida y costumbres (encontrado este espécimen entre musgo de tronco de árbol).

Oxyloma elegans
Vive en lugares siempre húmedos: arroyos, charcas, plantas acuáticas, frecuentemente adherido a la parte sumergida de las piedras. Frecuente en España.
Perfectamente descrita su anatomía pero nada sabemos de su vida y costumbres (ínfimo es nuestro conocimiento)
     Pomatias elegans
Común en el sur de Europa y más escaso en latitudes altas.
Vive sólo en áreas netamente calcáreas (también arenales con alta concentración fragmentos de cáscaras). Tan conocida su anatomía como desconocido su comportamiento. La destrucción del hábitat por la agricultura industrial (fertilizantes, insecticidas, herbicidas y fungicidas) es su gran enemigo. La destrucción del hábitat nunca falla (también nos llevará por delante hasta que no quede títere con cabeza)
http://www.iucnredlist.org/details/156344/0

COLLADA CABEZA DEL ARCO

26-junio-2010

 Está previsto todo lo previsible y resulta dulce el pensamiento. Visito Google Earth, los mapas 1:25.000, la cartografía digital del Principado de Asturias, y todo son garantías para su realización. En el pueblo de Caleao está señalizado el recorrido.

Esta ruta circular se inicia y termina en Caleao (Caso). Mi artillería de calificativos se agota y he de acudir con frecuencia a diccionarios o bibliografía porque cada lugar que visito me parece, y lo es, irrepetible; claro que también lo es cada instante.

Juan Manuel Calvo fue alcalde esta aldea entre 1979 y 1999; murió en 2001. Gobernó bajo la fórmula concejo abierto este par de décadas, cargado de sentido de su sociedad (su pueblo), de honestidad y modestia.
Me embalaría a escribir sobre Caleao, su gente –Calvo- las entidades locales menores… y de los políticos y sus partidos porque algunas descalificaciones necesitan, ¡eh!
No es la primera vez que llego a Caleao y espero regresar  unas cuantas más.
La vía es de excelente caminar y pronto llegamos al río Xulió, que con más agua de la esperada por 

estas fechas hemos de salvar con saltos de piedra en piedra; nos queda tiempo para admirar la belleza y riqueza que suponen las corrientes limpias de agua.



No puedo cargar de imágenes la entrada y he de limitar el texto.
Orchis sp.
Melitaea parthenoides
Caminan mis amigos y ‘tiran’ de mí porque me detengo con demasiada frecuencia. Al paisaje próximo y también el lejano me abducen.
Llegamos a la majada de Xulió y recibimos otro golpe de belleza, aunque se ve que el camino pronto se hará pindio.

Asoma la collada La Muezca y el Retriñon. Siguiendo hacia el sur alcanzamos la collada del Arco, punto de máxima altura en esta ruta (1.345 m). Iniciamos el descenso pero el sendero se desdibuja, nos separamos alguno tiene dificultades al pegarse demasiado a la pared de La Pandellina

por el canchal del argayón, voceamos, agitamos chubasqueros de colores, e hicimos todo lo posible para llamar su atención, sin resultado pero … lo que llamó la atención de nuestro amigo fue un venado y él nos avisó de que pasaría a nuestro lado.

Vuelto al buen camino, regocijados todos, descendemos hacia Los Arrudos, parte final del trayecto y que es tan hermosa como la primera. No cabe el hastío de estos parajes sólo una duda ensombrece el momento ¿volveremos a pasar por aquí? ¡quién sabe! pero en decenas de años de senderismo pocos recorridos he repetido, hay mucho para elegir: el tiempo es corto y la procesión larga.

Ni el laconismo de Baltasar Gracián podría fijar los puntos de interés que este recorrido ofrece, como esbozo se recomienda la ampliación  de conocimientos sobre el embalse de Tanes, la arquitectura de Caleao, el concejo abierto, las parroquias rurales, la geología de la región de Pliegues y Mantos, la cubierta forestal de Caso (árboles, plantas sin y con flores), vertebrados e invertebrados, majadas, ganadería de montaña, la fontanona de Los Arrudos … 
Salud.

  

COLLADA EL MOJÓN Y PICO PUTRACÓN (SOMIEDO)

TEXTO Y FOTOGRAFÍA DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO ADVERTENCIA EXPRESA

En el puerto de Somiedo, aguas vertientes ya al río Sil y todavía en territorio asturiano, se sitúa la hermosa braña de Santa María del Puerto, habitada permanentemente en la actualidad. De aquí partimos hoy hacia el alto de El Mojón, collada que da acceso a la braña de Sousas (una de las brañas de Somiedo sin cerramiento, de planta circular, como la de Los Cuartos de Villar de Vildas y la de El Cuérrago de Arbeyales) y a Valle de Lago.


En 1985 quemó la braña de Arbeyales
Llegados al puerto de Somiedo procedentes de Asturias, en Santa María del Puerto tomamos el primer camino por la izquierda -sale por encima del bar que encontramos a esta mano- que se dirige al E entre grandes prados cercados por paredes de piedra. Cruzamos el pequeño arroyo y subimos una suave pendiente entre monte bajo para llegar a unas praderías que se continúan hacia el S, pero nuestro camino sigue hacia el E. En ocasiones se pierde se desdibuja pero hemos de seguir siempre bordeando las cabeceras de los arroyos y ganando altura poco a poco, con la precaución de no alejarnos de la sierra de El Rebezo (no perder de vista el vértice geodésico alto de El Rebezo 1.978 m), y llegamos a un punto en el que destacan a nuestra derecha un pequeño prado cuadrado cercado por una pared de piedra -a su lado hay otros mucho mayores- y ya desde aquí vemos perfectamente la collada a la que hemos de dirigirnos. Podemos subir monte a través aprovechando las cárcavas hechas por las arrolladas. A partir de esta primera collada se origina hacia el O la sierra de El Rebezo.
Ahora ya vemos el ancho camino que, desde La Cueta, conduce a la braña de Murias Llongas, y se adivina el valle del río Cebolledo (que con otros forma El Sil a partir de La Cueta). Frente a nosotros se levanta Peña Chana (Llagüezos, 2.073 m), que cierra la parte alta del río de Valle de Lago por el SO.
Antes de llegar se ven -ya de lejos- dos hitos de piedra de más de 1,5 m de altura, muy separados, que indican el camino a seguir. Al coronar damos vista a dos cabeceras de valle separadas por un pico de fácil acceso que tiene un camino marcado invitando a subir. Cumbreamos sin ningún problema pero el desnivel por su lado N es muy fuerte. Se ofrece una vista al S de incomparable belleza.
A nuestra izquierda, en la falda NE del alto de El Rebezo, asoma el bosque de hayas Fontiaxu; que es zona de uso restringido especial –dentro de la ordenación del Parque Natural de Somiedo-. Está reservada a los tradicionales usos ganaderos y requiere una autorización expresa de la Administración del Parque por ser refugio de algunos osos pardos. Exactamente bajo nosotros está la braña de Sousas. Es de construcciones circulares, cubiertas de tapinos, que sirven únicamente de refugio al pastor o brañeiro y no como residencia de verano. Más al fondo se ve Valle de Lago y el camino que da acceso al de Saliencia a través de un corte entre La Requexada al E (1.678 m) y La Palombera (1.660 m) al O. Este camino sale a Villarín entre los espectaculares bosques de hayas de Tibleus y La Mozqueta.
La
flora es una delicia: en los prados húmedos lucen nomeolvides, grasillas, calderones; en el monte bajo ericas, genistas, piornos, tojos y, sobre todo, destaca la gran abundancia de gamón, especie típica de los espacios desforestados e indicadora de un tapiz vegetal, degradado por los seculares incendios que padece esta franja de la ladera entre los prados de siega y los pastos de altura. En los prados secos y entre las rocas hay ortiga blanca, gencianas, y algunas de nuestras más bellas Orquidáceas.
A lo largo de todo el recorrido desde el puerto se ven huellas en el modelado del relieve de su pasado helado: la forma de los valles que van hacia La Cueta, pequeñas cubetas y materiales morrénicos son reconocibles en todo el trayecto.



El glaciar de Sousas discurría por el valle de su nombre y se alimentaba de los dos pequeños circos que hay entre Llagüezos y Peña de Gúa; y terminaba en la parte inferior de Valle de Lago. 
Santa María del Puerto tuvo todas sus edificaciones con cubierta vegetal (teito) hasta los años de la Guerra Civil en que fue quemado el pueblo.

Se conservó aquí la institución del vecindeiro (vaqueiro que cuidaba la braña y durante el invierno orientaba al caminante tañendo las campanas) hasta la década de los 80 del s. XX. Se celebran dos ferias anuales que coinciden aproximadamente con el movimiento del ganado, al subir a los pastos de altura el 29 de junio y el 8 de setiembre, cuando los abandonan para pasar el invierno en cotas más bajas. Los vaqueiros de esta braña invernaban principalmente en los concejos de Salas y Belmonte. 

La religión oficial nunca ha tenido buenas relaciones con los vaqueiros, a lo que no ha sido ajena la dificultad que presentaban para el control y la recaudación de los diezmos. Y la respuesta de éstos es clara, cuando preguntaba el cura de arriba:
-”¿Confesaste? -Sí, confesé abajo.
Si preguntaba el cura de abajo:
-Sí, confesé arriba.
Y en el folklore se manifiesta claramente:
El señor cura del Puertu
taba sentau nun penietsu,
ya dícentse las vaqueirinas
arre tú, cabritu prietu
Otras canciones hacen referencia a la arriería entre Castilla y Asturias,
actividad económica desarrollada frecuentemente por los vaqueiros:
Mociquines de Tsaciana
¿Quién vos mantiene?
Los arrieros del Puertu
que van y vienen.







CARACOLES (II)



TEXTO Y FOTOGRAFÍAS DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO ADVERTENCIA EXPRESA

Pequeños, lentos, sin defensas físicas. Son atacados por aves y mamíferos, también por ácaros, moscas, nematodos, escarabajos, ratas y ratones, comadrejas, sapos, salamandras; por sus muchos enemigos se reconoce el importante papel en la pirámide alimenticia.
Ganará el pequeño: las luciérnagas comen caracoles
En China se descubrió el caracol más pequeño conocido, Angustopila dominikae, que mide en su parte más ancha 0,86 mm.
Cada vez que un animal es objeto de interés humano entra en las redes de sus intereses. Lo mejor para un ser vivo es pasar desapercibido y que los hombres no lo tengan en su punto de mira. Los caracoles se han hecho visibles e interesantes por carne, huevos, y baba. Han perdido su libertad. Se han domesticado en granjas, comen pienso, se aprovechan sus huevos como ‘manjares’, son utilizadas las babas en cosmética, y ¿quién puede adivinar el final?
http://economia.elpais.com/economia/2014/03/21/actualidad/1395405879_092886.html
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2014/04/21/actualidad/1398081300_293603.html
Helix pomatia es la especie comercializada. No es un descubrimiento reciente tal fuente de alimentación pero sí lo es la generalización a todas las latitudes. Parece que, si es cierto que lo que no mata engorda, queda un amplio e incitante camino que recorrer.
Su musculatura es tan fuerte que arrastra en vertical 10 veces su peso y en horizontal supera las 50 y la velocidad que alcanzan depende de la superficie sobre la que se muevan. Se mueven sobre un pie plano que utiliza ondas ciliares y contracciones musculares para sujetarse o deslizarse.
La concha continúa creciendo con el caracol durante su vida y cuando crece una pequeña pestaña en ella no crecerá más el animal (pocos llegan a este punto senecto).
La contaminación, la destrucción de hábitats, son sus peligros, como para todos nosotros. Confío en los niños del futuro conozcan a los caracoles, hagan carreras y concursos y que no sean sustituidos por tamagochis.

Caracol, col, col
saca tus cuernos al sol
que tu padre y tu madre ya los sacó.

Caracol, col, col
en cada ramita

lleva una flor.

Que viva la baba,

de aquel caracol.



Su fama de lentos les sobrevivirá:
Anthony Quinn contaba un chiste sobre la indolencia de sus paisanos. Un mexicano, contaba a un gringo que se alimentaba de los caracoles que pasaban a su lado. 'Hoy he comido uno'. '¿Tan pocos pasan? preguntaba su interlocutor. 'Como pasar, pasaron tres, pero dos se me escaparon'.
Poca importancia tiene un caracol, algo más si trata de Molusco sp., su importancia aumenta al llegar a Gasterópodo, y llega a ser específico su interés para los humanos será mayor o menor y con ello su suerte estará echada.


Balea heydeni

Cepaea nemoralis
Esta especie se encuentra comúnmente bajo la corteza de los árboles o en grietas de las rocas. Los caracoles se encuentran a menudo cuando están más activos, en la noche durante el tiempo húmedo, momento en el que a menudo suben a los árboles y se alimentan de líquenes.
Cochlicella barbara
Es muy tímido y se enfada con facilidad que muestra disponiendo la concha cónica en posición vertical.
Se estima que puede superar los 2 años de vida

Mengoana jeschaui
Endémica de España y noreste de Portugal (Bragança).
Las heces de los caracoles son del color de lo que comen, y no sólo esa singularidad, también algunas evidencias, como que someterse a situaciones estresantes simultáneamente perjudica la memoria.
 Científicos de las universidades de Exeter y de Calgary, en Reino Unido y Canadá, así lo comprobaron y publicaron en la revista Plos One 
¡Claro que el estrés es malo!

CARACOLES TERRESTRES (I)

Me encuentras en la playa
a la sombra y al sol,
mi nombre tiene cara
y también tiene col.
 Los caracoles son moluscos que se encuentran en casi todos los ambientes, se conocen más  40.000 especies que viven en aguas –dulces o saladas- en su mayoría y hay descritas unas 15.000 de fósiles. Sólo unos pocos colonizaron tierra firme y en ella son el único representante de moluscos, resto vive en ambientes acuáticos. Gasterópodos, dentro de los moluscos, se caracterizan por la torsión en la que la masa visceral gira durante el desarrollo. Su cuerpo consta básicamente de una cabeza ventral muy desarrollada y un pie muscular ancho.
En cualquier camino se pueden encontrar principalmente tras lluvias, entre nieblas y ambientes húmedos; al sol se encuentran encerrados en su concha y cerrada ésta por un fino velo.
Ashfordia granulata:
esta especie se sabe que se producen principalmente en: Irlanda, Gran Bretaña, Inglaterra, con pequeñas poblaciones en: Francia España. Son llamativas las ‘barbas o espículas’ que salpican su cáscara hasta parecer caracoles “barbados”.
Ashfordia granulata
Ashfordia granulata


Elona quimperiana:
‘navegando’ ofrece la silueta de un esbelto velero del s. XIX. En España se encuentra  en toda la vertiente cantábrica desde Galicia hasta el País Vasco, sierras de Andía, Aralar, Urbasa, Montes Vascos, Valnera, y un enclave aislado en La Rioja (Demanda y Cebollera).
Elona quimperiana
Cornu aspersum:
como otras especies cultivadas pueden pasar a ser invasoras cuando se liberan, lo que también con ésta sucede. Es uno de los más corrientes por silueta y coloración.
Cornu aspersum

Discus rotundatus:
Discus rotundatus
De apariencia vistosa por su concha “repujada”, es de pequeño tamaño, de 5.7-7 mm, puede vivir 2 ó 3 años. Natural de Europa se ha llevado a Canadá y no parece que allí pueda convertir en invasora la especie.
Discus rotundatus


Helicella itala:
de hermosa coloración –siempre influida por la alimentación- y fácilmente visible por ello. Vive en el oeste de Europa y llega al sur de Escandinavia, también hasta el centro de Alemania y Austria, Francia y norte de España.
Helicella itala
Muchos seres vivos no saben que el hombre es siempre un peligro letal y no desarrollan defensas contra él. Así les sucede a los caracoles, animalitos muy antiguos sobre la tierra firme, a la que saltaron hace unos 150 millones de años. Son pacifistas, no saben ahorrar, ni repartir, ni comerciar, ni fabricar armas, ni otras muchas cosas.
En su recato nos plantean problemas infantiles
Un caracol sube verticalmente por una tapia de 10 metros de altura. Durante el día sube 2 metros, y durante la noche resbala, retrocediendo un metro. ¿Cuántos días tardará en subir la tapia?
Y a su costa hacemos algunos chistes:
Un caracol ha sido atropellado por una tortuga. El caracol se despierta en un hospital de caracoles y su mujer le pregunta:
- Cariño ¿Pero qué ha ocurrido?
- No lo sé, fue todo tan rápido...

Claro que, cuando los equilibrios se rompen, siempre dinámicos e inestables por tanto, algo no deseado para alguna de las partes sucede.
El caracol manzana invade la margen derecha del Ebro.


PICO PEDROSO (PARTIENDO DE LA COLLADA ARALLA)


15 de abril de 1995
Partiendo de Oviedo, se puede acceder a esta collada desde la autopista A-66, por el puerto de Pajares o, todavía mejor, llegar por la primera y salir por la segunda.
De la collada sale hacia el N una pista que termina en el cercano Alto del Castro (1.721 m) que tiene en la cima un gran poste metálico. Nuestro camino sigue la pista que sale hacia el S enfilando la loma Sextillo y poco después gira al SO. Sale de la misma divisoria de aguas y ataca la ladera de frente,
pero resulta suave. Dejamos un desvío que sale a la izquierda y tras un poco la abandonamos, giramos a la izquierda de nuevo y avanzamos –cresteando y manteniendo la misma dirección. A la derecha se ve en una campera el final de la pista y a la otra mano se abre el valle del arroyo Valmeán. Al encontrar una alargada pared rocosa -cuya máxima cota es el Alto Juncanal- la bordeamos
por la izquierda (cara NO) siguiendo un estupendo camino con algunos tramos empedrados. Vamos casi paralelos -queda a la derecha- al valle del río Aralla y vemos el concierto de tejados del pueblo. El camino abierto termina en un alto y a la izquierda queda la collada que nos separa del valle de
Valmeán.
Detrás dejamos una estupenda panorámica de cientos de km. Disfrutamos identificando cimas conocidas: Cueto Arbás, Peña Chana, el macizo de Orniz, Ubiña, el Tresconcejos y hasta el Espigüete y la llanura palentina.


Mucho más próximo el embalse de Barrios de Luna y las numerosas cumbres peladas de esta comarca montañosa del norte de León. Fascinante.
Encontramos pequeñas manchas de piornos y faldeamos un pico de 1.838 m que dejamos a la izquierda. Por terreno pedregoso, sin senda marcada pero sin problema alguno, llegamos al Collado Pedroso. Esta es la divisoria entre el arroyo San Juan, que va al río Aralla, y el de Polanco, que va
a Geras de Gordón; en la cabecera de éste hay una buena pradería, y quedan algunos montones de piedras, restos de cabañas. Desde aquí ya vemos El Pedroso a la derecha.
No es aconsejable atacarlo de frente porque es muy pendiente. Es mejor caminar hasta la collada y después rodear un poco su cara N para emprender la subida por la ladera E.

Esta cima ofrece una panorámica circular con la zona de contacto -y contraste- entre la llanura mesetaria y la Cordillera Cantábrica. A lo lejos, hacia Tierra de Campos, la rotura de pendiente forma un ángulo de 1450 tan lineal y geométrico, que parece mentira que  pase casi desapercibido el fenómeno al circular en coche . La franja norte de la Península rejuveneció su relieve como consecuencia del Plegamiento Alpino y el antiguo Macizo Ibérico, levemente inclinado al O, continúa peneplanizándose.
Al N se ve el túnel de Aralla en la cima del puerto, y el crestón de caliza de alineación E-O que oculta los valles de Casares y Rodiezmo. En conjunto, es un paisaje duro con poca vegetación y mucha roca a la vista, pero no exento de belleza.

Muy destacable resultó el encuentro de Pulsatilla rubra subsp. hispánica -hermosa flor de montaña- que produjo en Antón una gran alegría y a la que fotografió repetidas veces. Alegría que todo el grupo compartió porque se trata de una especie muy hermosa.

Pulsatilla rubra subsp. hispánica

Al regreso comimos en Geras de Gordón.
Presenta el pueblo un aspecto ruinoso, muchas casas caídas y otras muy descuidadas. A mediados del s. XIX tenía 80 casas, pertenecía a la diócesis de Oviedo y cultivaba centeno, trigo y pastos. Estos datos que da el Madoz hablan de un pueblo de muy escasos recursos naturales y así no es extraño que hoy lo encontremos casi abandonado.

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