Cueiro y Pico Redondo

Excursión del 29 de mayo de 1993 - Manuel Antonio Miranda Álvarez

Foto aérea de Cueiro
Foto aérea de la zona


Se accede por la carretera de Trubia al puerto de Ventana. Se toma en Entrago la desviación que conduce a Taja; está señalizada pero se puede confundir con otra que, ya dentro de Entrago, sale a la derecha y lleva a Hedrada. Se sigue el curso del río Taja y a partir de Campiello se abandona el fondo del valle (llamado de Santibáñez) y se toma altura rápidamente. Pasamos Urria (hay en Somiedo, camino de Valle de Lago, otro pueblo del mismo nombre) y muy pronto llegamos a Taja. Se puede dejar el coche donde termina la carretera; frente a una casa en ruinas.

Mirando al NE desde aquí, se ve la collada que conduce a la –antaño importante braña de Cueiro. El camino entra en el pueblo y se toma la primera desviación a la derecha; es un camino ancho, carretero, que sale entre espesas sebes. En el primer cruce se sigue a la izquierda. Es de pendiente llevadera y con algunos tramos empedrados. Poco después empiezan grandes prados, con cabañas, rodeados de sebes arboladas con fresnos. Las cabañas son grandes y sólidas, de gruesas paredes, con cubierta de teja a dos aguas, con un espacio contiguo ligeramente inclinado para amontonar el cucho y facilitar la evacuación de los purines y el agua de lluvia.

El abonado de estas fincas sólo se podía hacer con el ganado que allí pastaba; y con la inclinación del estercolero, se obtenía una buena escorrentía para los purines. El último tramo es un poco más pendiente y las cabañas están al lado del camino. Al remontar llegamos a las praderías de Cueiro. Son camperas que se sitúan a modo de plano inclinado orientado al S y extendidas de E a O con 2 km de largo, unos 500 m de ancho, encajadas entre dos resaltes un poco más altos y que se alinean en la misma dirección.

Panorámica de Cueiro
Panorámica de Cueiro

A medida que vamos avanzando hacia el E cruzamos pequeños arroyos que siguen la inclinación del plano y desembocan en otro que va de O a E. El agua de estas praderías no tiene salida; se sume en un embudo que hay en su extremo E. Al O, se encuentra lo que queda del Camín Real de La Mesa. Al poco de empezar la pendiente, hay un montón de piedras de lo que fue la venta de Cueiro en el lugar llamado el Alto la Casa. Este era el único paso transitable para coches desde Castilla. Cuando viajó Jovellanos por aquí, aún se recordaba el paso -50 años antes- del Marqués de Ferrera (por no poder cabalgar usó el coche). Por esta ruta se retiraron las tropas carlistas de Sanz el 26 de octubre de 1836. Aquí hubo una ermita y a su sombra una cofradía, cuyos componentes practicaban el comercio de pieles. En estos llanos se celebraba una importante feria el 5 de setiembre de caballos y navajas (acaso la más importante de Asturias en su género); un par de días antes, el 3, había en La Plaza una feria de menor entidad llamada El Cueirín.

Desandamos lo andado, cambiamos de ladera y, sin entrar de nuevo en las praderías, seguimos el camino de La Mesa. A la izquierda se ve la braña Los Fueyos (perteneciente a Montovo) y a la que se le ha hecho, recientemente, acceso rodado desde Montovo únicamente apto para vehículos agrícolas. A pocos centenares de metros del cambio de ladera, hay un tramo que se conserva adoquinado y se encuentra el lugar llamado Pousalasal, nombre evocador como lugar de descanso en los tiempos, no tan lejanos, en los que fue la principal vía de comunicación entre Asturias y las tierras leonesas. Está señalado con un mojón que tiene grabado el nombre.

Cueiro
Otra imagen de Cueiro
Damos marcha atrás y recorremos un tramo de marcha muy placentera. Nos dirigimos hacia el E y, casi de manera imperceptible, pasamos a otras camperas no menos hermosas y de muy similar configuración, aunque más cortas y anchas que las anteriores: se trata de la braña de Taja. Al fondo ya se ve el Pico Redondo.

Bordeamos esta braña por su cara N. Vamos ganando altura poco a poco y enseguida vemos el mojón que señala el vértice geodésico (1.419 m).
La subida no presenta problema alguno, no hay senda marcada y cada cual elige la trocha que más le conviene.
La panorámica desde la cima es verdaderamente magnífica. A nuestros pies, al E, nace el río Cubia en el corazón de un espeso bosque. Más allá, el pico La Berza y el corte que identifica el Camín Real en su descenso hacia Dolia y La Cabruñana. Al lado del camino, hacia el N, el pico Porcabeza y, a sus pies, la venta del mismo nombre. El paisaje (nota 1) lejano incluye Peña Manteca al NO y al N.NO las llanuras que hay entre La Espina y Tineo. Hacia el S se identifica perfectamente El Cornón. Al E Peña Gradura, La Siella y, más lejos, el macizo de Ubiña.

Todas las excursiones por el valle del río Trubia son exitosas. En el marco natural resultan impresionantes los desfiladeros, las masas boscosas y el hermoso dibujo que los prados y sus sebes aportan al paisaje.
El hombre pone una arquitectura bien conservada en las dos Carangas, en Villanueva de Santo Adriano (la iglesia románica y la Casa Prada), en Proaza (la torre y casona de los Tuñón), en Tuñón (la iglesia prerrománica de Santo Adriano), en Entrago (el palacio), y en San Martín (la iglesia colegiata).
Taja es un lugar con larga historia. En el s. X era propiedad de un sobrino de Fruela II. Bermudo III lo donó a la catedral de Oviedo. Aquí se levantó el castillo de Miranda del que era propietario el obispo de Oviedo, aunque lo administraba la Casa de Valdecarzana. También se habla de un castillo en Cueiro administrado por un somedano que cobraba portazgo y protegía a los viajeros de los numerosos maleantes que controlaban el paso de viajeros y mercancías por la importante vía. En Taja nació el padre de d. Pedro Cienfuegos, obispo de Popayán y más conocido como el cardenal Cienfuegos.

En este pueblo la arquitectura está muy descuidada. Tiene muchos edificios caídos y otros de nueva construcción, muy innovadores de formas y colores pero que resultan hirientemente llamativos. Las casas más viejas en ruinas y las paredes muestran su esqueleto: un entramado de finas tablas y relleno el espacio de separación por piedras pequeñas (en otras zonas de Asturias se emplearon otros materiales). Estas casas estaban constituidas por dos cuerpos separados por un corredor, en cada cuerpo había una alcoba
con una pequeña ventana cuadrangular; la sala y la cocina tras el corredor (muchos de estos corredores pasaron a galerías a finales del XIX y principios del XX en las economías más saneadas) y en la planta baja las dependencias -generalmente separadas- para el ganado vacuno y porcino, que realizaban una importante aportación de calor.

La margen derecha del río Taja está poblada por un espeso bosque que es en su mayoría hayedo, aunque también hay carvallos, fresnos, arces y algún tejo; los castaños aparecen en cotas más bajas.

nota 1. Los componentes físicos del paisaje se pueden agrupar en: a) aguas y suelo. Forma del terreno, topografía, pendientes, afloramientos rocosos, superficies de suelo, lagos y cursos de agua, hielo y nieve, etc. b) vegetación, arbustos y cubierta vegetal percibidos como conjunto homogéneo
o como contraste. c) actuaciones humanas. Distintos usos del suelo y estructuras y construcciones diversas, carreteras, ferrocarriles,tendidos eléctricos, grandes instalaciones, cultivos, etc.


AUTOR DE TEXTOS Y FOTOS: MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

1 comentario:

  1. Quiero dar mis gracias a mi amigo Antonio Miranda, con quien he compartido aulas, bares y montaña durante muchos años, por su aportación al blog. Muchas de sus excursiones están publicadas en obras entre las que se encuentra el libro "Un millón de pasos por Asturias y algo más" de donde se ha tomado este artículo. Su gran conocimiento en temas como las setas, de las que es una autoridad reconocida, las flores o los invertebrados me ha permitido siempre tener información de primera mano de estos temas. Espero con interés la próxima aparición de su blog dedicado a estos temas. Gracias Antonio

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