COLLADA PROPINDE DESDE PENDILLA
3 de diciembre 1991
Collada Propinde
Panorámica desde Propinde (Peña Rueda va las 11, Aramo a las 12.30 u a su dcha la coma de la Mostayal. Oviedo bajo el manto de nubes)
El pueblo de Pendilla está situado en un valle con la geomorfología, arquitectura y distribución del espacio típicos del sector central de la montaña leonesa en la falda S de la cordillera Cantábrica. Montañas muy redondeadas, algunos restos periglaciares y valles muy abiertos, prados cercados o praderías abiertas; casas de piedra -con dependencias para ganado y sin construcciones destinadas a guardar la cosecha- que forman pequeños núcleos de población, casi deshabitados en la actualidad.
Procedente de Oviedo por la carretera N 630, después de pasar Arbas y Busdongo, se toma la desviación que sale a la izquierda hacia Camplongo.
Rebasado éste dejamos a la derecha la carretera de Tonín y a tres km está el final del recorrido para nuestro vehículo. Al entrar en Pendilla (1.300 m) tomamos el camino de la izquierda y cruzamos el puente sobre el río Camplongo: aquí empezamos a caminar. Seguimos una pista por la margen derecha del río de muy cómodo tránsito. A 1 km cruzamos un puentecillo sobre el arroyo Fornillos que nace en la vertiente NE del Cellón (2.035 m).

Proseguimos unos 2 km casi por llano, dejando a la derecha prados y a la izquierda monte bajo, hasta los 1.450 m aproximadamente. Aquí traza la vía una curva a la izquierda abandonando los prados y la vista sobre el valle, encara la falda de la montaña y se hace un poco más pendiente hasta culminar en la collada Propinde, a unos 4 km.
Peña Rueda
Toda la ladera izquierda a partir del pueblo aparece desprovista de vegetación arbórea. Únicamente en la ribera abundan los sauces y después aparecen algunos abedules salpicando el monte; el resto se compone de brezos, carqueixa, cotoyas y muy escasas matitas de arándanos. No se encuentran fuentes con agua potable. La vertiente opuesta está orientada al NO, totalmente a la umbría, y guarda mucho más tiempo la nieve. Tiene un bosquecillo de hayas con algunos robles, conservado por su climatología particular, claramente más fría; que produce menos pastos y peores. Desde la collada se divisan: el macizo de Ubiña, Peña Rueda, Brañavalera y El Aramo a la izquierda (O); de frente (NO),
Ubiña
en las primeras tierras asturianas, el monte de Mudrielos y el de Cuaña, algunas bocas de túnel y la estación de Navidiello; a la derecha (NE), siguiendo la línea de cumbres en la que estamos, continúan los picos Tres Concejos (2.020 m), Pisones (2.050 m), Llana del Puerto (1.958), y Cueto los Barriales (2.110 m). Éstos son los que cierran la cabecera del río Camplongo y entre ellos aparecen profundos cortes -casi barrancos- producidos por el agua a falta de suelo protector. Son los rendimientos decrecientes debido al sistema de quemas periódicas para la obtención de pastos.
Una vez rebasada la collada y ya en aguas vertientes al Cantábrico, continúa la pista -convertida casi en carretera- por la falda NO del pico Tres Concejos, el Fuertes, y el cerro Navidiello; aquí comienza el descenso por los hermosos mallaos de El Rasón y Las Llanas para terminar en Santibáñez de Murias (a 10,5 km de Moreda).

Ya en territorio asturiano, hasta Santibáñez de Murias hay unos 12 km. En su mayoría discurren por la calzada romana de La Carisa, convertida en pista para sacar carbón para la central térmica de La Robla. J. M. González la dio a conocer en una conferencia en 1976. Esta vía, conocida como “camín real”, fue posteriormente investigada por Carmen Fernández Ochoa.

Parte de León, sigue por Camplongo, Pendilla, altos de La Carisa, “mallaos” de Fierros y Navidiello hasta la Cruz de Fuentes; aquí se bifurca y un ramal sale hacia el concejo de Aller y otro sigue hasta Carabanzo (en el Castiello de Bustiello se encontró una moneda romana de la época de Tiberio) y Ujo. Era esta calzada de un camino de herradura de unos 2 ó 3 m de ancho del que no se conocen tramos enlosados. Al igual que el de La Mesa, discurría por la línea de alturas que dominaban las laderas, lo que permitía gran seguridad a la hora de transitarla.

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