Sen de los Mulos

EXCURSIÓN AL SEN DE LOS MULOS

Hemos de pasar por San Juan de Beleño para penetrar en el bosque Peloño.
Al final del pueblo la carretera gira a la izquierda y remonta una sinuosa pendiente; a los 2 km, aproximadamente, aparece a la derecha la señalización a Les Bedules a través de una pista de tierra y piedra, que tras otros 2 km nos deja en unos prados con cabañas. Hemos dejado a derecha e izquierda, monte bajo y también arbolado de robles y hayas. Este sitio (1.000 m) es un estupendo mirador al O del Maciédome y el Tiatordos al final; al N, El Pierzo; al E, los Picos de Europa; y al S, el Cordal de Ponga con Ten y Pileñes.
Tiatordos y a la derecha la Peña Taranes
Se continúa caminando por la pista, vemos perfectamente Peña Salón y el camino de acceso para coronarla sin dificultad. La pista es de poca pendiente y a partir de los 1.100 m ondula suavemente hasta los 1.200. Nos adentramos en Peloño entre hayas y algunos prados cercados, pocos; casi todos con su cabaña. Al otro lado del Rasu están el Bargolí y el Pico del Valle Antiguo, cumbres que quedan a la derecha, al oeste; después,  está el valle de Ventaniella.
Picos de Europa (identificados por J.R. Fdez.-Tresguerres
Tras unos 3 km de cómoda marcha encontramos varios prados a la izquierda, grandes, con cabaña, el último de ellos con un cierre de alambrada alrededor de la casa. Se ensancha el camino en una pradería y la pista comienza a descender ya hacia el corazón del bosque. Aquí la abandonamos y tomamos el camino que bordea la pradería por la izquierda.
Caminando por Granceno hacia el Sen de los Mulos


Estamos en el nacimiento del Porciles, que forma la foz de los Andamios, y vemos el pueblo de Viboli. Remontamos y encontramos un llano con cabañas tan ruinosas que apenas son reconocibles como tales. Seguimos el bien marcado itinerario y de nuevo pradería en una estrecha collada que recorremos longitudinalmente, a la derecha el arroyo de Resuela, a la izquierda el de Siergu, al frente nuestra meta. El camino se bifurca; se sigue por la derecha, casi por llano, bordeando bajo el escarpe calizo. Después de 1 km, aproximadamente, empieza la subida. Este es un lugar privilegiado para contemplar la amplia cabecera de valle del río Mojizo que drena desde el pico La Mora hasta el Bustantio, además de Ten y Pileñes. Es un hayedo aclarado en algunos puntos por prados perfectamente cuidados. Esta panorámica es de gran belleza
y refleja claramente la enorme riqueza del medio.
Monte Peloño
Llegamos a unas praderías que tienen en su parte baja unas cabañas, pequeñas y bajas, perfectamente enmascaradas en el paisaje y que pueden pasar desapercibidas. Desde aquí, emprendemos la parte final cruzando por las praderías dejando a derecha e izquierda rocas calizas. A nuestra derecha, pronto se abre una collada, y a través de ella se ven retazos del gran horizonte que nos espera en la cumbre. Este último tramo es muy pendiente y la vista es bastante aérea.
La panorámica desde la cima compensa todos los esfuerzos: hacia el SE Oseja de Sajambre y la carretera que lleva a Soto de Sajambre; al E Beza, Canto Cabronero, las Peñas Santas y el Cotalba; al N El Sueve y el Cantábrico.
Varias veces anduve por el Monte Peloño y alguna otra montaña suya coroné. Han  pasado varios años y el cambio ha sido notable y beneficioso para los humanos colonizadores, a largo plazo no lo veremos pero quizá Las cañas del beneficio se vuelven lanzas. Llega el coche por pista con firme de hormigón a un amplio aparcamiento, una corta pista acondicionada para que circulen sillas de 
Senda acondicionada

minusvalías, y todo el aspecto que necesita un área recreativa para urbanitas. En el hayedo del Bosque Peloño se abren varias calvas, sufre una alopecia incurable y muy agresiva.


Ortofoto del Principado de Asturias, 2007

La declaración de Parque Natural ha servido para conocer mejor la Naturaleza del bosque e ir arrebatándosela poco a poco, sin que apenas se note (creen ellos), lo nota el bosque.
El mapa que acompaña a esta entrada está editado en el año 1944 por el Instituto Geográfico y catastral, bien se ven los capilares por los que circulaba la sangre del parque, los paisanos que forjaron el paisaje, le dieron forma y nombre. Ahora se lo da Google Earth, a su manera, y echando niebla sobre el pasado el pasado. Antes del éxodo rural se encontraban vecinos yendo o viniendo fincas con los que se podía aclarar cualquier duda y esperar cualquier ayuda; ahora se coincide con urbanitas sólo saben lo Google les dice y dependen de la cobertura del móvil. ¡Patético!

Sen de los Mulos
Foto obtenida de http://balquemau.blogspot.com.es/2015/01/martinon-de-llue.html
En la cara este del Sen de los Mulos se asentó Tolivia y muy cerca el caserío de Llué. Humberto (de Sobrefoz) nos contó (15.11.2015) una leyenda cercana, de finales del siglo XIX, la de Martinón el de Llué, cuyo caserío constaba de cabaña, molino, y establo. Recordado por su fortaleza física, participación en cacerías (había osos en su tiempo) y la dura, muy dura, historia de la muerte y dilatada inhumación de su esposa. Murió durante una gran nevada y no se podía llevar el cadáver a Tolivia. Lo enterró Martinón en la nieve y durante la noche, para evitar alimañas, la tenía en casa. Cuando la nieve lo permitió la llevó a Tolivia para darle tierra en el cementerio parroquial.
Sen de los Mulos


https://www.youtube.com/watch?v=1aqWErTpppo

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