CAMINANDO

El contacto con la naturaleza aumenta la salud humana
El plomo en sangre aumenta la criminalidad
Frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines o zonas peatonales, hace que la gente tienda, además, a ser generosa y a confiar en los demás.
 
Obtenida en: Deforestación. taringa.net
Es un hecho de los llamados científicos, pero…olvida el punto de partida: no es necesario mejorar la salud humana ni que los humanos sean más generosos y confiados.
Plomeados estamos en el camino estamos.
El Roto
Obtenida en: Deforestacion.greenpeace.org



Todo lo que se puede decir cabe en un instante de la línea –por nosotros inventada - del tiempo. Con ello sabido, resultan abrumadores los cambios que se suceden.
 […] Hasta comienzos del siglo I antes de nuestra era, la selva herciniana se extendía hacia el este del Rin a una distancia a la vez vasta y desconocida; los germanos que fueron interrogados por César dijeron que habían viajado durante dos meses a través de ella sin alcanzar su final. Cuatro centurias después fue visitada por el emperador Juliano, y la soledad, oscuridad y silencio de la selva parece que hicieron profunda impresión en su naturaleza sensible. Declaró que no conocía nada semejante en el Imperio romano […].

La Rama Dorada; JAMES GEORGE FRAZER

Obtenida de: filostamp.files.wordpress
Así era esta mañana la cobertera vegetal de parte de Europa, Hercynia Silva, la selva herciniana, desde los montes Hercinianos hasta el Rin y las Ardenas -nombre dado por griegos y romanos a las montañas boscosas de Europa Central, luego reducido a los montes del norte de Bohemia y hoy Montes Metálicos- allí fueron deshechas las legiones de Varo el año 9 d. C. (una interesante crónica meteorológica relata la batalla). Podría parecer muy lejano pero queda en un nanosegundo si hablamos de paleoclimas o paleontología.
El culto a los árboles estaba extendido en Grecia e Italia. En el 
santuario Cos (consagrado a Esculapio)  se pagaba con mil dracmas el cortar un ciprés; en Roma, en el Foro, se veneró  la higuera sagrada de Rómulo y cuando se secó el tronco se consternó la ciudad.
Se suele concentrar nuestra tradición en el mundo clásico pero el culto a los árboles, y otras cuestiones, se descubren en sociedades situadas lugares muy alejados que evolucionaron independientemente.
Las tribus del Volga reverenciaban un bosquecillo en cuyo centro vivía el árbol sagrado: allí se agrupaban los adoradores,  el sacerdote ofrecía sus oraciones, se realizaban las ofrendas,  y sus ramas servían de pulpito. No podía cortarse madera ni romper rama alguna.
La sombra del álamo del valle del Alto Missouri, se supone posee una inteligencia que podía ayudar a los indios (menos importes eran las "sombras" de arbustos y plantas sus pequeñas dimensiones). Cuando el Missouri crecido por una riada de primavera arrastra algún árbol corpulento se dice que lanza gritos a medida que se desprende del suelo y hasta que cae al río.
En el África oriental, imaginan algunos pueblos que cada árbol tiene su espíritu: "la destrucción de cocotero es equivalente a un matricidio, pues el árbol les da vida y alimento igual que una madre a su criatura".
La ceiba, con tronco que alcanza gran altura, venerada  en toda el África occidental, creen que habita en ella un espíritu. En la Costa de los Esclavos lo llaman huntin.
Fotografía cedida por J.M. Mori Menéndez

Fotografía cedida por Carlos I. Salvador
Árboles que sangran y emiten gritos de dolor o rabia cuando están siendo talados o quemados se encuentran con frecuencia en libros chinos y también en historias corrientes. En Luzón, los  ilocanos recitan unos versos antes de cortarlos y les piden perdón aduciendo que así se lo han ordenado para evitar el odio de los espíritus. Los bosonga del África Central consultan con un  curandero antes de talar (op. cit. Frazer).
Son los árboles los más visible del bosque -y quizá no permitan verlo con nitidez- no son los únicos refugios de los espíritus, también están los habitantes del estrato arbustivo, del herbáceo,  y el suelo que a todos sustenta.
Obtrenida de: Deforestation.blog.mechpoet.net
Obtenida en: Deforestación.nationalgeographic.es
La química de la vida no distingue entre bonobos, bananos, robles o mariposas, nosotros hacemos las distinciones para intentar entender este “vital enredo” cuando parece que no hay mucho que entender: el todo y las partes no son la suma sino el resultado; no es un juego de palabras pero en el medio del TODO estamos y procurando destruir las partes o, al menos, todas las que podamos, y poco a poco estamos consiguiéndolo. Ya no talamos los árboles de uno en uno sino bosques y a cientos, no matamos un bocarte sino que lo hacemos a millones, guardamos el veneno de residuos en balsas … Parece un destino, una fatalidad, una predestinación, un sino. Hemos vuelto locos a los dioses. Ya no me encomiendo a los dioses porque Los dioses deben estar locos, (obra cinematográfica escrita y dirigida por Jamie Uys en 1980).

Los ponemos en monedas y banderas, objetos muy amados, pero avanzamos por la autopista del principio y del precipicio.

Obtenida en: Deforestación.madrimasd.org
El 'Roblón', cercanías de Vegabaño (León)

FOTOGRAFÍAS Y TEXTO DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO ADVERTENCIA EXPRESA
http://elpais.com/elpais/2015/11/18/ciencia/1447867686_497252.html

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