De Parada la Vieja a la Braña de Xunqueiras
POR MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ
Excursión del año 1996
Desde la zona central de Asturias tiene un largo recorrido de coche y el tiempo que se necesita es mucho en relación con los km recorridos, pues la distancia es corta pero el trazado lo ralentiza. Pese a esta introducción algo desalentadora, resulta un viaje muy interesante y absolutamente gratificador.
Siguiendo la carretera de Oviedo a Cangas del Narcea se toma en Portiella la que sale a la izquierda y conduce a Onón. Es una aldea grande, los barrios que hay al lado del río parecen semi-abandonados y sorprenden las antenas parabólicas que vimos. Inmediatamente después del bar sale a la derecha una estrecha carretera asfaltada que, adaptándose a la topografía que modela el agua en los múltiples regueros, se estira en un trazado de innumerables curvas. Para llegar a Castiello, el pueblo siguiente, hay que salvar una fuerte pendiente. Seguimos subiendo hasta Tainás. De aquí en adelante la carretera casi llanea pero es estrecha, tiene muchas curvas y carece de vallas de protección. Pasamos Robledo de Tainás, Cerezaliz (aquí oímos pronunciar Zreizaliz lo que es frecuente en el occidente astur) y por fin llegamos a Parada la Vieja. Al final del pueblo se deja el coche y comienza la ancha pista que no abandonaremos hasta el final.
Unos 14 km ida y vuelta con la esperanza y el temor de topar con algún oso.
Oímos decir que esta pista se hizo en tiempo de la guerra civil (1936- 1939) y más tarde se pensó continuarla como carretera hasta Aguasmestas pasando por La Rebollada, pero no prosperó el proyecto.
A nuestra derecha, en la margen izquierda del río Xunqueiras, hay un espeso bosque de hayas. El río va tan rápido y encajado que no permite la formación de prados en sus riberas. Se descuelga en rabiones y pequeñas cascadas formando cintas de burbujeo. En cambio, la ladera por la que discurre nuestro camino ofrece el desolador aspecto de haber sido talada hace muchos, muchísimos años y, desde entonces, padecer las quemas año tras año; está cubierta de gamón (pita o gamueto, según las zonas, Asphodelus sp.), con manchas de erica, piorno o escoba. A la salida del pueblo vamos entre prados cercados, por sebes arboladas, que tienen numerosas acequias paralelas para distribuir el agua por toda la finca. Se ve a nuestra derecha la redondeada cumbre de Rabo de Asno (1.894 m). Tras remontar una fuerte, aunque corta, pendiente, encontramos a la izquierda una construcción tipo chalé prefabricado con el tejado en ángulo muy agudo, que rompe totalmente la comunión de los diversos elementos que forma este paisaje; nos dijeron que era propiedad de un acaudalada familia ovetense.
Entre Somiedo y Cangas del Narcea hay algunas parejas de osos y los vecinos los ven con frecuencia, por lo que resulta fácil encontrar huellas u rastros fecales. Esta población osera es de gran importancia ecológica porque es la que puede permitir la comunicación entre las de Cangas y Somiedo a través de Leitariegos.
El bosque de la derecha no nos abandona. A mayor altitud hay robles y algunas manchas de abedules; y al otro lado aparecen hayas, más abedules, y abundantes ejemplares de acebos y tejos. Están representadas muchas de las especies arbóreas asturianas: carvallos, hayas, abedules, acebos, tejos, arces, serbales y mostayos.
Discurre el río casi a nuestro nivel y el paseo alcanza gran placidez por el escaso esfuerzo físico que ahora necesita y lo sugerente del paisaje. Encontramos una alambrada, con una portilla (cerrada en los meses en los que el ganado está pastando por aquí). El paisaje no cambia casi nada hasta llegar a la braña de la Vega de la Peña -tiene un sola cabaña en buen estado- que se sitúa en la parte baja de un anfiteatro, cerrado por bosque al E, O y S. Desde aquí parte un camino que se dirige a La Rebollada (se encuentra en el valle del río Pigüeña). Continuando, encontramos antes de abandonar la campera, una fuente, después entramos de nuevo en el hayedo. Tras una fuerte pendiente llegamos al escalón superior del anfiteatro que acoge la Braña de Xunqueiras. Ocupa unas praderías rodeadas por importantes alturas y con la forma de un circo. Sin duda tuvo muchas cabañas a juzgar por las ruinas, aunque quedan muy pocas en pie.
El monte es propiedad, únicamente, de los vecinos de Parada la Vieja, hasta la portilla que encontramos. Con los beneficios de talar una parte se hizo la antigua pista; de ahí en adelante pertenece al resto de los vecinos de la parroquia a la que pertenece (Tainás). Parecen no llevarse bien ambas partes porque al hablar unos de otros se adivina cierta prevención. Con demasiada rapidez, gran autoridad y hasta en tono desafiante, explican al forastero los límites de sus propiedades.
El nombre de Parada la Vieja podría responder a un antiguo puesto de remonta de caballos aunque no pudimos confirmar entre los vecinos su existencia. El ejército español dispuso de sementales, distribuidos estratégicamente, que cubrían las caballerías de la zona de manera gratuita, así se mejoraba la cabaña de caballos y mulas, lo que era de gran importancia por el buen precio de esta energía y lo fácil que era su aplicación.
La carretera de acceso fue inaugurada en la primera mitad de 1993, anteriormente contaban con la pista que ellos mismos habían pagado. Hemos visto otras obras en los alrededores. Parece que en poco tiempo tendrán aceptables comunicaciones. Una amplia zona del concejo de Cangas del Narcea permaneció aislada hasta tiempos recientes; sus habitantes, como buen número de españoles, sólo tenían en común la obligación del servicio militar y la aportación al erario público.
En Parada la Vieja hay ocho vecinos y hasta hace poco contaba con dos bares. Hoy queda sólo uno. El que cerró estaba atendido por una muchacha y su hermano, y era el elegido por los mozos del lugar. El pueblo parece pobre y está sucio. Hay algunas casas grandes, sólidas, con varias dependencias anejas y con un amplio espacio para amontonar el cucho, bolsas de basura, plásticos, pañales, hierros y restos de aperos, completan un pueblo de higiene medieval. Hay cuatro niños en edad escolar obligatoria (8 a 14 años) que permanecen en la Escuela-Hogar de Cangas del Narcea de lunes a viernes. Parece difícil el relevo generacional. En el bar nos comentan que el pueblo mayor de los alrededores es Robledo de Tainás, que tiene 18 vecinos.
Las montañas de los alrededores tienen casi la misma altura, son muy redondeadas, sin arbolado. En lo alto, donde hay mejor suelo y una topografía más horizontal, se sitúan los pueblos y las tierras de labradío; otras zonas más altas -o más bajas y pendientes- están las dedicadas a pasto y cereales. El poblamiento se presenta agrupado, y cada pueblo separado de otro por 3 ó 4 km. No se da la dispersión de la zona central asturiana. En Onón, el bar que hay al lado de la carretera tiene gran surtido de casi todo lo que, de ordinario, se necesita en un hogar. Limpio, con los artículos colocados en cajas de cartón, conservan la meticulosidad y el orden del fundador del establecimiento. Ofrece un aspecto encantador, sobre todo al recordar algunos impersonales establecimientos hosteleros.
Haciendo referencia a la braña de Xunqueras se canta esta canción
Vaqueirina de Xunquera
si acabaste la farina,
vende las vaques y el gochu
y báxate a La Marina.
AUTOR DE TEXTO Y FOTOS MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ
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