Toponimia II


DAR NOMBRE,  APODAR, DENOMINAR, NOMINAR, MOTEJAR, BAUTIZAR


POR MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

Gran Canaria

La toponimia es el troquel que asigna una parcela a un nombre estableciendo una relación de correspondencia entre uno y otra. Un nombre común, llave, pasa a ser propio cuando se convierte en La Llave. Muchos cambios afectaron a la propiedad y explotación de la tierra. Y en esta cambiante realidad tiene la toponimia su papel.
Relaciones topográficas Felipe II

Y también mucho antes, cuando estaba más cercano el origen de los nombramientos, al menos de algunos. En el siglo XVI ordenó D. Felipe II elaborar un inventario y describir con los nombres todas las ciudades, villas, pueblos y lugares de sus reinos de España. Designaba la Real Orden a los que debían interrogar y a quiénes, preguntándoles por el nombre del lugar y su origen. El resultado: sólo un 10 % dio respuestas verosímiles teniendo en cuenta, además, que eran muy elementales, pues las hacían depender de la visita de un caballero, la cercanía de un río, la abundancia de piedras, la presencia de tales o cuales vegetales, etc., pero sin interpretar la causa de su aplicación a tal lugar. La mayoría, inmensa mayoría de los españoles, ignoraba el origen del nombre del lugar en el que habitaba. Todo lo más, si el nombre era reciente como en el caso de algunos que empezaban por Torre o Villa (PORLAN, 1998).
Diccionario de caminos 1576

La identificación de un arroyo trajo de cabeza al Conde de B. durante mucho tiempo, lo que no resulta extraño dada la cartografía de que disponía. El 22.07.1952, don J. Á. de T., abogado ovetense, escribe al Conde de B.:

“[...] sin perjuicio de que le remita al Procurador la demanda de conciliación, y con objeto de tener despejado para nuestro propio gobierno todo lo relacionado con el asunto, me agradaría que me informara Ud. sobre los dos puntos que pueden ofrecer alguna duda.
Uno de ellos es que si Boste-Oscuro o Bostescuro que aparece en los títulos antiguos no será el Monte-Oscuro actual, que según está en el planito en colores que Ud. me dio, también linda por dos lados con arroyos o regueros, como Ud. podrá ver en su mapa de Schultz7 y el mojón de Alienes no veo imposible que se pueda situar en la Sierra que en el plano figura como de Sierra Monte-Oscuro, y lo que pueda significar en bable la palabra “bao”, para poder fijar que es lo que podría ser el Bao de Bosteoscuro. Si “bao” es por lo que pueda significar en el lenguaje marinero, las piezas que unen los costado de los buques y sustentan la cubierta, no le veo a la palabra traducción topográfica [...]”.

Esta identificación es de gran interés porque delimita la aldea de la que el aludido Conde es propietario del dominio directo. El tema no se resolvió y de nuevo se busca la definición en los topónimos. En 1956 una carta del Conde de B. al Conde de T. insiste en aclarar hasta dónde y desde dónde:

 “[...] En la testamentaría de mi abuela, Carmen Fernández de Córdoba, Condesa Vda. de T., realizada ante el Notario de Madrid D. Manuel de las Fieras y Martínez, en 4 de abril de 1908, con el número 148, hay una finca que es un foro, marcado en el inventario con el número 593 que dice: “El ídem directo de la Braña del referido Monteoscuro...Esta palabra referido me interesa aclararla, porque, como es natural, parece indicar que mi abuelo D. Francisco de Borja, Conde de T., que, como un día me preguntaste, y te dije, fue protocolarizada también por el Notario de Madrid D. Rafael de las Heras y Martínez en 25 de junio de 1894. Quisiera que miraras tanto en una testamentaría como en la otra si esa palabra referido Monteoscuro, quiere decir que antes ha descrito otro Monteoscuro que, por ser arrendable, y no un foro, no consta en esa relación de foros de mi abuela en las adjudicaciones de mi madre, antes de ella habla de otro Monteoscuro, y luego te diré porqué me interesa. Este y otros foros adjudicados en parte a mi madre, por esa testamentaría de la abuela, los tenía ésta en usufructo procedente de la testamentaría de su marido. Monteoscuro es una estribación de una cordillera en Tineo, y en ella tenemos, además de ese foro de la Braña de Monteoscuro, otra Braña arrendable que desde principios de este siglo se llama Barreiros, y en la escritura de compra del siglo XVI se llama Bosteoscuro, que es tanto como decir Monteoscuro. Pues bien, mi pleito del art° 41 de la Ley Hipotecaria sobre este Barreiro, lo he perdido en el Juzgado y en la Audiencia, por considerar ambos que no era aplicable dicho artículo, y lo tengo que volver a empezar como juicio declarativo de mayor Cuantía, o pleito de reivindicación. Para empezarlo así, quisiera saber si en esos documentos anteriores se describe bajo nombre de Monteoscuro, también, y entonces, que me copies su descripción para identificarlo, y en caso de ser así, pedir entonces un testimonio notarial de ello [...]”.

Y en 1956, el administrador del Conde de B. en Malleza, le escribe a dicho conde lo siguiente:

 “[...] En la declaración de los testigos la cosa les fue mejor pues estaban bien aleccionados y la declaración del M. G . de muy mala intención y la única de peso. Ellos en el reconocimiento, al reguero de los Moruecos lo llamaron en su primer recorrido de los Moruecos pero al cruce del camino de Arquillina a los Baos tomaba el nombre de Fresnidiello y el reguero de Fresnidiello lo denominaron de Mesías. Yo creo que la cosa va bien pues parece que el Juez está compenetrado con nuestra causa. Lo que no se puede es garantizar nada pues según T. tiene mucha influencia con el clero entre ellos con el Padre U. que ya les ha sacado más de una vez de apuros [...]”
En un documento de régimen interno de la Casa de Toreno de 1956 sobre el estado de la cuestión de los pleitos de esta Casa: “[...] Celestino Castro es el abuelo de M. C. Parrondo. La defensa de éste consiste en decir que lo que ha puesto a su nombre no está en Fresnediello, sino en La Arquillina. La descripción en las hijuelas de La Arquillina, que fue foro de la Casa, dice que Arquillina linda con el canal de los Moruecos, cuyo divisor es lo que en la braña de Fresnidiello lleva de esta Casa Celestino Castro [...]”.

Salvatierra

Ciertamente, al cambiar de escala en el estudio de un territorio y llegar a las unidades de propiedad, las parcelas, la toponimia alcanza importancia definitiva; y, como consecuencia, la descripción de los caracteres por minúsculos que éstos aparenten ser. Algo parecido a lo que se hace al mover el tambor de un microscopio pasando de un objetivo a otro de más aumentos: se ve cómo las células forman una especie de adoquinado, y, si se sigue aumentando, las características morfológicas de cada una; y, más aún, con los reactivos adecuados se hacen visibles estructuras interiores que antes no lo eran: Escribe don A. L. C., Ingeniero Jefe de 1ª Clase del Instituto Geográfico y Catastral, al Conde de B:
“[...] en un exhorto del mes pasado del Juzgado de Tineo cumplimentado por Ud., referente al deslinde entre los concejos de Luarca y Tineo, en el lugar que en el mapa figura bajo el nombre de Arbedeiros, en la parroquia de Brañalonga, se describen y sitúan los mojones del 4 o en adelante, a partir del río de Brañalonga [...]por si hubiera necesidad de apelación, sería muy conveniente para nosotros conocer la descripción y situación exacta de los mojones 1 a 3 inclusive, a partir del río de Brañalonga, es decir, este oeste.
Y, un nuevo ejemplo se encuentra en la carta al abogado don L. G. M. (de Luarca) de 13 de mayo de 1958:
“[...] es el caso que dos comerciantes de P., llamados X y Z así como el casero de este último, Y, compraron a los vecinos de La Arquillina, por escritura pública en Soto de Luiña [...] un monte llamado La Albertina, pero han armado tal lío de linderos que resulta que han comprado también a éstos la parte de la Sinjania comprendida entre el arroyo de Fuente del Homeiro y Los Baos, que en realidad no son los Baos sino Los Rellanos [...] pocos días antes, el 21 de marzo, firmaron un documento privado con A y B, vecinos desahuciados de La Sinjania, cediéndoles un trozo de La Albertina sito en La Sinjania que también hacen lindar con Los Baos.
Mucho nombres evocan una organización solidaria del trabajo porque muchas de las faenas se hacían en común y todos los vecinos se ayudaban entre sí. Y también la existencia de espacios forestales, agrícolas y ganaderos propiedad de todos los vecinos del pueblo.
En los pueblos escasean las personas que puedan informar de los nombres de fincas y lugares. Los hijos de los que emigraron a Avilés, Gijón, o Barcelona, buscan sus propiedades para plantaciones forestales, cortar los árboles o arrendarlas, y no pocas veces han de recurrir a los que quedaron en el pueblo para localizarlas. Pero, ya ubicadas, delimitarlas resulta difícil y problemático.


AUTOR DEL TEXTO MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

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