Excursión del 4 de diciembre de 1993
Esta salida está recomendada únicamente para excursionistas de buena resistencia física. Carece de toda dificultad técnica pero es de importancia la resistencia física dada la distancia a recorrer y las pequeñas contingencia a resolver.
Yendo de Caboalles de Arriba hacia el puerto de Cerredo, a menos de 2 km sale a la derecha una pista que conduce a una próxima mina de carbón.
Este es el camino que se ha de tomar para remontar el valle de La Fletina. Es una pista ancha que permite subir -cuidadosamente- con el coche 1,5 km más, hasta la desviación a la mina de carbón. Se continúa hasta encontrar a la izquierda unas cabañas con techo de lajas de pizarra. Aquí abandonamos el camino de la derecha, descendemos, remontamos y entramos en un piornal que nos acompañará unos 7 km.
Caminando entre el piornal |
Durante casi todo el recorrido llevamos el río a la izquierda. Continuamos por vereda ancha hasta llegar a un canalillo que riega los prados cercanos. Aquí se trata de encontrar el paso que discurre entre los piornos y que es muy importante no perder porque el esfuerzo suplementario que requiere caminar campo a través entre estos arbustos es considerable.
Se cruzan varias conducciones y manantiales que encharcan el terreno. Por la margen derecha del río va una pista que lleva a un chamizo, en cuya ladera crece un hermoso abedular. Por el otro lado de la sierra que hay a la izquierda va la carretera de Cerredo y Degaña. Si en algún momento nos desviamos de la senda principal y seguimos veredas del paso del ganado, no hay problema siempre que no nos alejemos del río. Llegamos a un gran rellano y pasamos al lado de un prado vallado, es el final del piornal; después hay una pequeña subida entre monte bajo y algunos ralos abedules.
Pico El Fraile |
Alcanzamos otra planicie con una represa de piedras y tierra que sirve como abrevadero del ganado, y de nuevo entramos en un monte igual que el anterior. Hemos de pasar una última pradería, también llana, muy hocicada por los jabalíes y con una zona de profundas turberas. Vamos ahora entre ericas y carqueixas. Se llega a un canchal de grandes piedras más o menos poliédricas y desde allí se ve a la izquierda el extremo del lugar llamado Brañas del Narcea de Monasterio, en el mismo nacimiento del río Narcea. La pista que llega hasta Brañas del Narcea procedente de Monasterio de Hermo continúa, atravesando una importante masa de hayas, hasta llegar al puerto de Cerredo; también se puede partir de Brañas de Arriba.
Parte final de la subida |
Los ríos Fletina y Narcea están separados por el Collado Alto (1.495 m); resulta interesante el escaso desnivel que separa el nacimiento de ambos. La cumbre que está al S de la collada y es la más alta de las que encontramos a la izquierda es el pico Mariscal (1.817 m). Pasado el pedrero entramos entre grandes ericas (se emplea su madera para los afilados palos de calar el jamón; y su raíz para pipas, y las de esta especie indican elevada precipitación anual) que dificultan seriamente la marcha. Se ha de ir descendiendo poco a poco hasta encontrar arroyo Chauchina (terreno encharcado formando turberas). Nuevas praderías y ya se ven las dos colladas desde las que se puede atacar el pico: una al E y otra al N. La que queda al E está a 1.728 m y desde ella ya se puede tirar rectamente hacia la cumbre. La que está hacia el N (unos 1.600 m) da paso a la cabecera del río Molinos entre el Alto Roguero, los Altos de Monteiro y la falda N del Fraile; desde aquí, por la derecha, se llega directamente a la cumbre.
La panorámica conquistada es de 360o. El Cueto Arbas (2.007 m) y las más altas montañas de Somiedo (se reconoce El Cornón) al E; las del puerto del Trayecto y hasta el Miravalles al S; las de Cangas del Narcea al O. Se ven los pueblos de Brañas de Arriba y de Abajo al lado de la carretera del puerto de Leitariegos, más abajo Trascastro y otros núcleos a las orillas del río Naviego. En Brañas de Arriba todavía alcanza a distinguirse la reliquia de una construcción con techo de paja.
El nacimiento del valle del río Naviego está orlado por un espeso bosque de carvallos. Cuando alcanzamos la collada (N) nos detuvimos algunos minutos a compartir nuestro cansancio y estudiar el acceso a la cima.
Dos imágenes del pueblo de Naviego |
Nos sobrevolaba un cierto desánimo. Antón se debatía en la duda y tan pronto animaba una iniciativa como la frenaba. Un ruido le desconectó de su grupo:
-“¡Anda, el oso! ” Una piel peluda marrón oscuro corría entre los piornos hacia el S. Esperó un poco para descubrir a sus compañeros el mítico gran cazador de Europa y confirmar su categoría de gran ojeador.
Pero...
-Oye, mira ¡un jabalí!
Vio el morro del puerco y detrás de él a los ocho rayones que le seguían.
Por poco le pone en ridículo su fe en ver un oso en Cangas del Narcea. El descubrimiento insufló nuevos ánimos y le felicitaron efusivamente.
Descubre alguno de nosotros que se cansa y se preocupa. Casi no conocía el cansancio y se sorprende de lo incómodo y desalentador que resulta.
Coronamos el pico y rápidamente emprendimos el regreso porque la noche y la lluvia amenazaban muy de cerca.
En la comarca de Laciana se habla dialecto denominado pachxuezu:
“Quien nun diga cheite, dichxinu, chxume,
chxuna, nun ya di Chxaciana”.
Una letrilla se refiere a la principal actividad económica, la minería:
Minero le quiero madre
de las minas de León
que aunque el carbón sea negro
las pesetas blancas son.
Los habitantes de Leitariegos, Brañas de Arriba y Brañas de Abajo disfrutaron desde 1326 de una generosa carta otorgada por el rey Alfonso XI, esta carta los liberaba del pago de los servicios votados por las Cortes como de las alcabalas:
“...son libres porque reparan el puerto y dan recaudo
a los peregrinos que pasan por él...”
Las terrazas que encontramos probablemente proceden de materiales fluvioglaciares que rellenaron el fondo del valle dando estas plataformas.
La Península Ibérica pasó por cuatro períodos climáticos -Boreal, Atlántico, Subboreal y Subatlántico- a lo largo de los últimos 10.000 años. A estas conclusiones se llegó por el estudio del polen (las plantas producen una desorbitada cantidad de éstos granitos: una espiguilla de centeno hasta 50.000 por día). La duración de los granos de polen es extraordinaria. Su resistencia a la destrucción es de las mayores del reino vegetal. Se han encontrado palinomorfos de hace más de 250 millones de años. Por permanecer inalterables en el terreno, se incorporan a la sucesión estratigráfica y aportan información esencial para el conocimiento del clima, la flora y la fauna. Las turberas son un buen lugar para conseguir polen. En los bordes de las plataformas aterrazadas que hoy cruzamos hay turberas en formación de más 1,70 m de profundidad, según comprobé al enterrar mi palo de monte hasta la empuñadura.
AUTOR DE TEXTO Y FOTOS MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ
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