Pico Tiatordos


POR MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

Excursión del año 1993

También se parte de Pendones (700 m) siguiendo la ancha pista que bordea el río. Desde el pueblo se ve perfectamente la mole caliza de la cumbre a conquistar. Aparece detrás de unas foces (las rocas que las enmarcan dan la impresión de galletas redondas clavadas en natillas, inclinadas, algo separadas, quedando entre ellas los desfiladeros).


Tiatordos por Cachi
Encontramos a la izquierda dos anchos caminos, el nuestro es el tercero y está inmediatamente después de pasar un puente con firme de hormigón y barandillas de madera. Al principio dejamos a la izquierda un arroyo profundamente encajado entre prados; después, a medida que ganamos altura, nos alejamos del río. A la izquierda hay otro ancho, hemos de seguir por la derecha. Al poco trecho hay una pequeña cabaña con un minúsculo redil en el que suele haber cabras. A los lados hay monte bajo con algún árbol aislado.


Cambiamos de ladera y nos asomamos a la vertiente del otro reguero.
El Tiatordos aparece al fondo, a la izquierda, detrás de las tres “galletas”; y a la derecha, el Maciédome. Llaneamos un poco, dejamos unas cabañas a la derecha y pronto en una foz, la del Palombar.

Foz de Palombar
Abandonamos el camino y entramos en el estrecho desfiladero. Discurre algo de agua bajo el firme pedregoso del sendero. Tiene pared de caliza a ambos lados, algunas hayas aisladas; es muy pendiente pero sin otra dificultad. Casi al final hay una fuente con un hermoso canal de desagüe de una sola piedra. A la salida de la foz nos espera la majada del Plágano.
Está constituida por unas pocas cabañas, ruinosas la mayoría, con techo de grandes losas. Alrededor hay helechos, algunas hayas, y piornal un poco más arriba.
Ahora llegamos a un punto en el que a la derecha hay un piornal, de frente sigue un camino, y a la izquierda otro, hacia una pequeña collada.
Ambos llevan a la majada del Tiatordos. Si optamos por la izquierda hay que girar a la derecha desde la collada y, después de atravesar el piornal, se llega a la majada. Se instala en una pradería de la misma base del pico. Son unas cuantas cabañas afirmadas contra la roca y tienen techo de losas. Las edificaciones ni son especialmente interesantes ni están bien conservadas, pero el emplazamiento consiente una panorámica espectacular. Al SE el hayedo de Pandellanza y en la misma línea, un poco más lejos, el Maciédome; al E se abre el valle de Ventaniella y están Ten y Pileñes; al O se ve el sector central de la cordillera Cantábrica. La cumbre del Campigüeños (o Becerrera de San Pedro), al NE, deja ver un complicado origen geológico.


Desde aquí se emprende el tramo final de la ascensión. Hay varias sendas marcadas por el ganado doméstico y los animales salvajes, y muchos “jitos”. El camino no tiene dificultades, aunque es muy empinado y ofrece visión flotante no hay malos pasos. En algunas guías aparece recomendado avanzar por la collada que conduce a Entiegüé y subir por su ladera O, pero tras hacer una exploración -aunque somera- no vimos mejor acceso que el ya citado.













Cumbreando
Desde la corona tenemos a vuelo de pájaro el valle del río Ponga bajo un escarpe vertical de 500 m, tras él los Picos de Europa, también El Pierzo, y la mar.

Escarpe sobre Tanda
Aparece esta cumbre citada en una encuesta que hizo el diario “La Nueva España” entre algunos montañeros asturianos como una de las diez montañas más bellas de Asturias. Tiene la suficiente dificultad para dar emoción a su ascenso, sólo presenta riesgos para los temerarios, permite cubrir una vasta zona de nuestra región y está rodeada de espesos bosques de hayas.

Estamos, desde el punto de vista tectónico, en la Región de Mantos, que comprende la cuenca de Valdeburón, parte de Riaño, Mampodre y Ricabiello. Se caracteriza el relieve de esta zona por los mantos (o unidades alóctonas) que se despegaron del sustrato y empujados de E a O desplazaron hasta 30 km (a modo de sándwiches que se curvan y montan unos sobre otros); aparecieron algunos pliegues y se verticalizaron estratos, por lo que en el paisaje se repiten formas topográficas similares y la misma sucesión de
materiales a base de cuarcita, caliza de montaña y pizarras carboníferas. También se produjeron fracturas de desarrollo horizontal una de las cuales (falla de Ventaniella) desplazó horizontalmente unos 4 km los materiales situados a ambos lados (el lugar que hoy ocupa el Tiatordos estaría probablemente a la altura de Ten y Pileñes) que por un extremo llega a Avilés -donde se prolonga en un cañón submarino- y por el otro casi a Valencia. Por entonces se desplegaron en el planeta los anfibios y los reptiles; aparecieron los insectos modernos; las gimnospermas; y se desarrollaron más ampliamente las coníferas.

Descenso
En tiempos mucho más recientes -empezó hace unos 50.000 años y terminó hace 10.000- se produjo un gran enfriamiento del clima y el Tiatordos abrigó un circo glaciar que se abría al NE y alimentaba al río Taranes, más abajo de Tanda. Los pueblos de Tarna y Pendones fueron bombardeados por el ejército de Franco. Se encontraban las baterías en la vega de Riosol (puerto de Tarna) y pese a la intensidad del cañoneo no hubo víctimas mortales; después, fueron incendiados. La reconstrucción se llevó a cabo por prisioneros de guerra, también Campo de Caso y Orlé fueron bombardeados
por la aviación.
Este relato está recogido de Juanín en el bar de su propiedad (Pendones) en enero de 1993.

Ruinas de Tarna (balquemau.blogspot.com)
La breve exposición de algunos hitos en la historia del paraje sirve para relativizar el papel de los humanos en el conjunto del planeta. Hemos pasado de las fuerzas telúricas formando la piel de la región a lo largo de millones de años al irrelevante papel de los humanos y sus luchas cainitas. Triste devenir.

En este mismo blog también puedes ver la excursión a Brañagallones y el Cantu´l Oso, en el Parque Natural de Redes.
Brañagallones y Cantu´l Oso

AUTOR DE TEXTO Y FOTOS (Excepto la vieja foto en blanco y negro) MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

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