15
de abril de 1995
Partiendo
de Oviedo, se puede acceder a esta collada desde la autopista A-66, por el
puerto de Pajares o, todavía mejor, llegar por la primera y salir por la
segunda.
De la
collada sale hacia el N una pista que termina en el cercano Alto del Castro
(1.721 m) que tiene en la cima un gran poste metálico. Nuestro camino
sigue la pista que sale hacia el S enfilando la loma Sextillo y poco después gira al
SO. Sale de la misma divisoria de aguas y ataca la ladera de frente,
pero
resulta suave. Dejamos un desvío que sale a la izquierda y tras un poco la
abandonamos, giramos a la izquierda de nuevo y avanzamos –cresteando y manteniendo la misma
dirección. A la derecha se ve en una campera el final de la
pista y a la otra mano se abre el valle del arroyo Valmeán. Al encontrar una
alargada pared rocosa -cuya máxima cota es el Alto Juncanal- la bordeamos
por la
izquierda (cara NO) siguiendo un estupendo camino con algunos tramos
empedrados. Vamos casi paralelos -queda a la derecha- al valle del río Aralla
y vemos el concierto de tejados del pueblo. El camino abierto termina en un alto
y a la izquierda queda la collada que nos separa del valle de
Valmeán.
Detrás
dejamos una estupenda panorámica de cientos de km. Disfrutamos identificando
cimas conocidas: Cueto Arbás, Peña Chana, el macizo de Orniz,
Ubiña, el Tresconcejos y hasta el Espigüete y la llanura palentina.
Mucho más
próximo el embalse de Barrios de Luna y las numerosas cumbres peladas de
esta comarca montañosa del norte de León. Fascinante.
Encontramos
pequeñas manchas de piornos y faldeamos un pico de 1.838 m
que dejamos a la izquierda. Por terreno pedregoso, sin senda marcada
pero sin problema alguno, llegamos al Collado Pedroso. Esta es la divisoria
entre el arroyo San Juan, que va al río Aralla, y el de Polanco, que va
a Geras de
Gordón; en la cabecera de éste hay una buena pradería, y quedan algunos
montones de piedras, restos de cabañas. Desde aquí ya vemos El Pedroso a
la derecha.
No es
aconsejable atacarlo de frente porque es muy pendiente. Es mejor
caminar hasta la collada y después rodear un poco su cara N para emprender la subida
por la ladera E.
Esta cima
ofrece una panorámica circular con la zona de contacto -y
contraste- entre la llanura mesetaria y la Cordillera Cantábrica. A lo lejos, hacia
Tierra de Campos, la rotura de pendiente forma un ángulo de 1450 tan lineal
y geométrico, que parece mentira que pase casi
desapercibido el fenómeno al circular en coche . La franja norte de la Península rejuveneció su relieve
como consecuencia del Plegamiento Alpino y el antiguo Macizo Ibérico,
levemente inclinado al O, continúa peneplanizándose.
Al N se ve
el túnel de Aralla en la cima del puerto, y el crestón de caliza de
alineación E-O que oculta los valles de Casares y Rodiezmo. En conjunto,
es un paisaje duro con poca vegetación y mucha roca a la vista, pero no
exento de belleza.
Muy
destacable resultó el encuentro de Pulsatilla rubra subsp. hispánica -hermosa
flor de montaña- que produjo en Antón una gran alegría y a la que fotografió
repetidas veces. Alegría que todo el grupo compartió porque se trata de
una especie muy hermosa.
Pulsatilla rubra subsp. hispánica |
Al regreso
comimos en Geras de Gordón.
Presenta
el pueblo un aspecto ruinoso, muchas casas caídas y otras muy
descuidadas. A mediados del s. XIX tenía 80
casas, pertenecía a la diócesis de Oviedo y cultivaba centeno, trigo y pastos.
Estos datos que da el Madoz hablan de un pueblo de muy escasos recursos naturales y así no
es extraño que hoy lo encontremos casi abandonado.
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