COLLADA EL MOJÓN Y PICO PUTRACÓN (SOMIEDO)

TEXTO Y FOTOGRAFÍA DE MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ SALVO ADVERTENCIA EXPRESA

En el puerto de Somiedo, aguas vertientes ya al río Sil y todavía en territorio asturiano, se sitúa la hermosa braña de Santa María del Puerto, habitada permanentemente en la actualidad. De aquí partimos hoy hacia el alto de El Mojón, collada que da acceso a la braña de Sousas (una de las brañas de Somiedo sin cerramiento, de planta circular, como la de Los Cuartos de Villar de Vildas y la de El Cuérrago de Arbeyales) y a Valle de Lago.


En 1985 quemó la braña de Arbeyales
Llegados al puerto de Somiedo procedentes de Asturias, en Santa María del Puerto tomamos el primer camino por la izquierda -sale por encima del bar que encontramos a esta mano- que se dirige al E entre grandes prados cercados por paredes de piedra. Cruzamos el pequeño arroyo y subimos una suave pendiente entre monte bajo para llegar a unas praderías que se continúan hacia el S, pero nuestro camino sigue hacia el E. En ocasiones se pierde se desdibuja pero hemos de seguir siempre bordeando las cabeceras de los arroyos y ganando altura poco a poco, con la precaución de no alejarnos de la sierra de El Rebezo (no perder de vista el vértice geodésico alto de El Rebezo 1.978 m), y llegamos a un punto en el que destacan a nuestra derecha un pequeño prado cuadrado cercado por una pared de piedra -a su lado hay otros mucho mayores- y ya desde aquí vemos perfectamente la collada a la que hemos de dirigirnos. Podemos subir monte a través aprovechando las cárcavas hechas por las arrolladas. A partir de esta primera collada se origina hacia el O la sierra de El Rebezo.
Ahora ya vemos el ancho camino que, desde La Cueta, conduce a la braña de Murias Llongas, y se adivina el valle del río Cebolledo (que con otros forma El Sil a partir de La Cueta). Frente a nosotros se levanta Peña Chana (Llagüezos, 2.073 m), que cierra la parte alta del río de Valle de Lago por el SO.
Antes de llegar se ven -ya de lejos- dos hitos de piedra de más de 1,5 m de altura, muy separados, que indican el camino a seguir. Al coronar damos vista a dos cabeceras de valle separadas por un pico de fácil acceso que tiene un camino marcado invitando a subir. Cumbreamos sin ningún problema pero el desnivel por su lado N es muy fuerte. Se ofrece una vista al S de incomparable belleza.
A nuestra izquierda, en la falda NE del alto de El Rebezo, asoma el bosque de hayas Fontiaxu; que es zona de uso restringido especial –dentro de la ordenación del Parque Natural de Somiedo-. Está reservada a los tradicionales usos ganaderos y requiere una autorización expresa de la Administración del Parque por ser refugio de algunos osos pardos. Exactamente bajo nosotros está la braña de Sousas. Es de construcciones circulares, cubiertas de tapinos, que sirven únicamente de refugio al pastor o brañeiro y no como residencia de verano. Más al fondo se ve Valle de Lago y el camino que da acceso al de Saliencia a través de un corte entre La Requexada al E (1.678 m) y La Palombera (1.660 m) al O. Este camino sale a Villarín entre los espectaculares bosques de hayas de Tibleus y La Mozqueta.
La
flora es una delicia: en los prados húmedos lucen nomeolvides, grasillas, calderones; en el monte bajo ericas, genistas, piornos, tojos y, sobre todo, destaca la gran abundancia de gamón, especie típica de los espacios desforestados e indicadora de un tapiz vegetal, degradado por los seculares incendios que padece esta franja de la ladera entre los prados de siega y los pastos de altura. En los prados secos y entre las rocas hay ortiga blanca, gencianas, y algunas de nuestras más bellas Orquidáceas.
A lo largo de todo el recorrido desde el puerto se ven huellas en el modelado del relieve de su pasado helado: la forma de los valles que van hacia La Cueta, pequeñas cubetas y materiales morrénicos son reconocibles en todo el trayecto.



El glaciar de Sousas discurría por el valle de su nombre y se alimentaba de los dos pequeños circos que hay entre Llagüezos y Peña de Gúa; y terminaba en la parte inferior de Valle de Lago. 
Santa María del Puerto tuvo todas sus edificaciones con cubierta vegetal (teito) hasta los años de la Guerra Civil en que fue quemado el pueblo.

Se conservó aquí la institución del vecindeiro (vaqueiro que cuidaba la braña y durante el invierno orientaba al caminante tañendo las campanas) hasta la década de los 80 del s. XX. Se celebran dos ferias anuales que coinciden aproximadamente con el movimiento del ganado, al subir a los pastos de altura el 29 de junio y el 8 de setiembre, cuando los abandonan para pasar el invierno en cotas más bajas. Los vaqueiros de esta braña invernaban principalmente en los concejos de Salas y Belmonte. 

La religión oficial nunca ha tenido buenas relaciones con los vaqueiros, a lo que no ha sido ajena la dificultad que presentaban para el control y la recaudación de los diezmos. Y la respuesta de éstos es clara, cuando preguntaba el cura de arriba:
-”¿Confesaste? -Sí, confesé abajo.
Si preguntaba el cura de abajo:
-Sí, confesé arriba.
Y en el folklore se manifiesta claramente:
El señor cura del Puertu
taba sentau nun penietsu,
ya dícentse las vaqueirinas
arre tú, cabritu prietu
Otras canciones hacen referencia a la arriería entre Castilla y Asturias,
actividad económica desarrollada frecuentemente por los vaqueiros:
Mociquines de Tsaciana
¿Quién vos mantiene?
Los arrieros del Puertu
que van y vienen.







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