ETIMOLOGÍA: DE JARDÍN A JARDÍN


Paseo por la ciudad y observo algunas cosas que extraordinariamente me preocupan. Juan Corominas debería reescribir algunas voces de su diccionario etimológico. Así dice: JARDÍN.- tomado del fr. Jardín, procedente del fráncico cercado por seto […] En la Edad Media, como en latín, se empleaba en este sentido HUERTO.
En esta ciudad se ven jardines de lajas de pizarra entre las que malviven sauces japoneses, jardines de cantos rodados blancos cómo la nieve, jardines de regodones de gran tamaño (no confundir con rigodones),  barandillas de bambú oriental (¡selvas del sudeste asiático!), acero, aluminio, pasarelas de pino tratadas químicamente para que sean imputrescibles, etc.
Los jardines nacieron para el recreo y el cultivo de las flores, para el solaz diario. En los jardines se deleita, se lee, se sociabiliza.



RAE.- Jardín:
Terreno donde se cultivan plantas con fines ornamentales

¡Jardineros, necesitamos jardineros!

La jardinería municipal no se puede tratar como la composición de un cuadro ni el equilibrio de sus colores. La jardinería afecta al agua, a la energía, a los residuos, a los materiales y a la atmósfera; ¡todos ellos nos afectan a nosotros!

Estamos a punto de conseguir que la ciudad –más visible- sea tan aséptica como una gasa de quirófano y –la menos visitada- en un muladar; pero no tan limpia: las heces de miles de perros se encuentran a los pies de los mamotretos del mobiliario urbano, de los maceteros, farolas, y en las escasas zonas verdes (de la extensión de un florero la mayoría de ellas) y también colaboran las palomas. Curiosidad me despierta la psicología de la gente que no sabe compartir un jardín con abejas, mariposas, saltamontes, mariquitas, hormigas, lagartijas, lombrices, chinches, arañas, jilgueros, verderones, pinzones, petirrojos, reyezuelos, aire, sol y condena a un animal a ser de su propiedad, a vivir bajo su techo, poner horario a la exoneración de su vejiga, a los baños de sol, y otras necesidades no menores.

¡¡Queremos jardineros!!  ¿Por qué nos dan picapedreros?
Cedida por J.M. Mori Menéndez

Propongo, quizá con mucho retraso, que empiece la construcción de ciudades que sólo puedan ser habitadas por robots de probada resistencia; las citys deberían ser territorio cibernético, únicamente estos muñecos animados serían sus moradores, las urbes serían habitables incluso en sus zona 0, los drones de guardia estarían conectados a las máquinas, éstas,  geolocalizadas,  emitirían  la información de falta de energía y acudirían los ‘avioncitos nodriza’ al monigote  debilitado. ¿Qué puede hacer un humano en pleno centro de las operaciones mercantiles? estorbar, sólo puede estorbar.
Llega 5G, el internet de las cosas generalizado; no estaré, me alegro.

P.D. ¿Podríamos construir ciudades subterráneas –parecido a los habitantes de Shambala- y dejar libre la superficie urbana sólo para las máquinas? quizá la idea la lance algún político ingenioso.

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