Vega Pociello


POR MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

Excursión del 19 de noviembre de 1994

La Ablanosa
Majada La Ablanosa
En la carretera de Campo de Caso a Tarna, entre los km 14 y 15 (a unos 860 m de altitud) hay a la derecha una cabaña y unos prados. Desde este punto se ve el pueblo de Tarna. Se puede dejar el coche en el ensanchamiento que presenta aquí la carretera.
Se toma el camino que sale a la derecha y conduce rectamente hacia el río Nalón. Una vez cruzado éste, se sigue el ancho pasaje que inicia la subida por la margen izquierda del arroyo La Ablanosa -desemboca en el Nalón un poco más abajo por su margen izquierda- y tras una hora de marcha llegamos a la majada La Ablanosa (1.180 m). Muy pronto comienza el hayedo; está limpio, sin sotobosque porque el desarrollo de las hojas paralelas al suelo y paralelas entre sí impide la llegada de luz suficiente para que crezcan otras especies de menor porte. A la derecha quedó El Canto del Oso y a la izquierda, al otro lado del arroyo, el Cueto Negro. Como a 1 km se presenta ante nosotros un pico escarpado: El Cueto, que dejaremos a la izquierda, aunque el camino parece que nos lleva a él de manera natural.

Vega Pociello
Vega Pociello agostada por el estío
Cuando llegamos al nivel del arroyo grandes matas de acebos y piornos limitan la visibilidad pero ya falta muy poco. Al poco tiempo aparece el prado y unas cuantas cabañas, algunas en buen estado. Esta vega de Pociello (1.290 m) está, en su conjunto, bien conservada. Su emplazamiento resulta verdaderamente privilegiado por la protección que le brindan las cumbres que la rodean: desde el Porrón de Cerrosa al Canto del Oso por el O y NO; y por el S y SE la sierra del Mongayo, Lagunillas y Valdevezón.
Al final de la vega, por la collada Las Arenas se pasa a Valdevezón (1.450 m).
Todo el conjunto resulta de una belleza difícil de encontrar fuera de las montañas casinas: las escarpadas cumbres que la envuelven, la presencia del hombre a través de sus construcciones. La vida animal, aunque no se deja ver en directo, la inferimos a través de huellas, egagrópilas, excrementos o plumas. Numerosos vegetales llenan los huecos de las zonas más bajas. La conjunción de vida en armonía que encontramos en este lugar, permite el descanso espiritual que uno se lleva a la ciudad después de un buen día en el monte.
En Bezanes se puede comer y, si el tiempo no lo impide, nos podemos acomodar en el mismo centro y disfrutar de la vida del pueblo.

Vega Pociello
Vega Pociello
ANEXO
Esta descripción estaría muy incompleta sin la anterior hoja de la excursión a la Vega Pociello.
El camino que parte de la carretera de Campo de Caso a Tarna (está descrita la localización del punto de partida en su primer párrafo) es el mismo que conduce a la cascada de Mongayo. Baja hasta el río y poco antes de llegar se deja el que sale a la derecha. Se cruza el río por un puente de madera y ya no hay desviación ni pérdida posible. Las cabañas y campas de La Ablanosa (para bastones y mangos de herramientas son buenos los avellanos de corteza blanca y cortados en el menguante de enero) están muy bien cuidadas y  atendidas. Este mayao se sitúa exactamente bajo la cara NE del Cantu`l Osu.
El camino prosigue sin nada notable que reseñar hasta pasar frente al Cuito Negro, formado por dos agujas de cuarcita, roca de aspecto oscuro y más cuando está mojada. Esta formación tiene numerosas oquedades que aprovechaba el oso para invernar; y no debieron ser escasos por aquí ya que se encuentran otros topónimos que hacen referencia a este animal.

Vega Pociello
Otra imagen de la Vega Pociello
El hayedo que atravesamos goza de buena salud. Son árboles jóvenes y sanos, algunos gigantes han caído y se pudren dando comida y cobijo a muchos de los pequeños habitantes de los bosques. El camino continúa hasta entrar en la Vega Pociello. Es un coso rodeado por un anillo de piornos, después hayas y, por último, monte bajo. Por la izquierda (E) se levanta la ladera con gran perpendicularidad pero aun así permite el ascenso hasta la línea de cumbres de la cordillera que se cierra al E con El Remelende y baja hasta el puerto de Tarna. Por la derecha (O) se levanta el extremo S del bosque Fabucao, hayedo que faldea la cara E del Cantu`l Oso desde el mayao de Cerreo hasta aquí. En la majada, al abrigo de los piornos, se levantan algunas cabañas y quedan las ruinosas paredes de otras muchas. Algunos techos son de caucho de cinta transportadora. Un camino sigue, casi paralelo y ganando altura poco a poco, el curso del río. Atraviesa otro hayedo haciendo varias eses y sale a una colladina con una campera dentro de un piornal. Desde aquí hay una vista fastuosa al E: el valle de La Ablanosa y el Cuito Negro, al fondo el extremo S del Tiatordos, el Maciédome, y las moles peladas de los Picos de Europa.

Tiatordos desde Poceillo
Tiatordos desde la Vega Pociello
Por la izquierda continúa la senda hacia la collada de Valdevezón. Se encuentra una fuente primero y un abrevadero después, desde aquí ya se alcanza la divisoria de aguas en poco tiempo.
Desde la collada también resulta espectacular el panorama: la cabecera del río Monasterio, La Rapaína, La Rapaona, la Peña`l Viento, el Cascayón (o Fornos), la collada Berezoso y la sierra de Braña Piñueli. Esta sierra presenta la misma morfología que el Tiatordos, el Maciédome, y otras montañas de esta área ya que tienen el mismo origen dentro de la Región Asturiana de Mantos. Son todas como gigantescas galletas de caliza inclinadas hincadas en natillas. La cara N de La Rapaína, La Rapaona y la Peña`l Viento, es una pared vertical que conserva claras las huellas de la última glaciación, un pequeño circo. Hoy es una zona muy umbría que mantiene helada la pared gran parte del año. La vega de Valdevezón también está orlada por piornos. Las cabeceras de los ríos de esta región presentan gran parecido, es el caso de la del Vallemoro, el Monasterio, el Ablanosa, y el Pendones, entre otras menores.

Maciédome desde Poceillo
Maciédome desde Vega Pociello
En la base de la Peña`l Viento se ven algunas construcciones propias del pastoreo.
La mayor parte del término municipal de Caso es de acusada pendiente y se sitúa a altitud considerable: el 82 % presenta un desnivel superior al 31 %. Pero esta dura y accidentada orografía ha permitido la buena conservación del medio natural, así, Caso, mantiene algunos de los más importantes bosques de Asturias y buena parte de la fauna más representativa.
Del cercano pueblo de Tarna, dice el Madoz:

“... está en las inmediaciones del camino real que por el puerto de su nombre conduce a Castilla1, es de clima frío. Tiene 42 casas y algunas cabañas de pastores […] abundante caza mayor y menor, y multitud de lobos, osos, zorros y otros animales dañinos…”.

Antaño, los habitantes de los pueblos casinos eran magníficos artesanos de la madera, la trabajaban durante el invierno y vendían los aperos y madreñas en la primavera. Se surtían del monte para la consecución de carne a base de venados y rebecos.


  1. El paso de automóviles no fue posible hasta 1935.



AUTOR DE TEXTO Y FOTOS MANUEL ANTONIO MIRANDA ÁLVAREZ

1 comentario:

  1. Sin duda uno de los lugares más bonitos del Parque de Redes. Recomendable

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