OPERARIO

Despertó mi curiosidad mucho antes de llegar a su nivel por la extraña postura: arrodillado, con la espalda encorvada, en aparente inmovilidad, casi en aire de oración. Seguí caminando hacia él y al rebasarle aprecié el minucioso encargo que se le había hecho: arrancar los cuatro pelos de musgo que habían crecido entre las ranuras de adoquines y baldosas.

El arma

Cerca había un parterre y noté un dolor en los ojos por su esquelético aspecto, se había removido la tierra y sólo destacaban por su color las plantas ornamentales, violetas en este caso,  de achacoso aspecto,  plantadas a un original tresbolillo, debidamente aisladas (separadas en islas) formando un curioso archipiélago. ¿Quién daría la orden de proceder a tal extirpación? ¿Concejalía de Parques y Jardines? quizá.

En esta ciudad, sus egregios representantes ordenan barridos y limpiados para tenerla tan higienizada como un dispensario, ¿persuasión de las multinacionales farmacéuticas de que poseen armas de destrucción masiva -inocuas para los humanos- y que mejoran el aspecto de sus mazacotes de hierro y hormigón?

Los tiempos han cambiado y a la jardinería de los siglos XIX y principios del XX –y en otras latitudes y tiempos muy anteriores: ciudades, chalés, casonas y palacios rivalizaban por la vegetación de sus jardines- le  ha sucedido el empleo de áridos, metales, polímeros de toda laya consiguiendo dos efectos simultáneos: expoliar algunas regiones y arrasar nuestra riqueza natural; todo muy propio de los humanos.

Padecemos la fobia de los gobiernos municipales al arte de la jardinería. ¿Cómo se convencieron los regidores de qué era mejor el hormigón que los jardines para la población? ¿estarán los gremios de la construcción detrás de estos desaguisados? Geógrafos, antropólogos, filósofos, médicos, sociólogos y otros estudiosos de los problemas de los grupos humanos ¿qué saben de resistencia de materiales, m3 de hormigón o m2 de baldosas? Las ciudades se hacen en base a m2 disponibles y su precio, clientes potenciales, % beneficio … y en la ‘tele’ dicen que las comisiones y los comisionistas no son actores ajenos.

¿Quién les habló de la dureza visual de los paisajes urbanos?
¿Qué alcaldes pudieron construir ciudades como Vancouver o Copenhague? ¿y el Jardín Yuyuan de Shanghái? ¿y los jardines colgantes de Babilonia?

Me sorprende que la propaganda turística municipal invite a los forasteros a visitar sus fuentes yermas o su mobiliario urbano. Las estatuas tienen nombre propio pero los árboles, arbustos, y plantas carecen nombre y por supuesto de apellidos ¡si Linneo lo supiera!

¿Sabe alguien las especies vegetales que hay plantadas en las áreas de responsabilidad municipal, autonómica, o universitaria? Las más exóticas sólo soportan al espécimen ornamental exhibido, no proceden de bioclimas similares.


P.D. Las plazas que aparecen en las fotos no son recordadas así por la mayoría de sus paseantes.  


 Manuel Antonio Miranda Álvarez, autor de texto y fotos salvo advertencia expresa

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